Para actuar solidariamente ante tantas injusticias y falencias del diario vivir que despiertan nuestra solidaridad, sin duda necesitamos llenarnos de amor, pero también, según santo Tomás Moro, precisamos del buen humor que alienta la fe y la alegría de servir. Con este propósito les comparto esto:
Nací cuarta de cinco hijos y desde entonces supe que sería la más pequeña de todos. Mi talla entonces era small, pero mi tendencia pronto se manifestó como medium… al intervenir en situaciones donde creía que podía servir…
Esta tendencia se me pegó tanto en la vida que mi talla dejó de ser small y ahora cualquiera que me mira sabe a leguas que solo puedo entrar en el tamaño medium… Problema terrible para comprar ropa, sobre todo zapatos, que son los más solicitados…
Varias veces en mi vida hice el firme propósito de volver a ser small y nada… todo se queda muy firmemente en medium… pies… y todo… Imposible volver atrás…
Cuando nacieron mis hijos me sentí cómoda y felizmente large, hasta tuve que comprar alguna ropa large por un tiempo… y mientras estaban pequeños ¡qué mamá tan large! que era. Ellos eran “mis hijitos”, mis bellos retoños “smalls, smallcitos” todos ellos manejables y linditos…
Pero ¡oh!, de pronto, crecieron… y se fueron haciendo todos mediums y larges y ya no eran más los hijos de su madre…, no ¡horror!, yo empecé a ser la mamá de… esos smallcitos transformados que después de haberme hecho sentir tan large me devolvían miserablemente a la talla small… y lo que es peor con peso de medium, canas de large e insomnios extralarge…
Después comprendí que así era la vida: entrar y salir de una talla a la otra…
No he querido caer en la misma trampa con mis nietos y ahora solo mi corazón se ha puesto extralarge con este amor nuevo de esos smalles que dan tanta alegría y cariño… el resto trato de mantenerlo medium… porque ya no quiero más confusiones…
Para colmo mis hermanas me dicen “la pequeña” y las adoro porque me encanta. También creí que mi fascinante profesión me convertiría en una verdadera large y resulta que forzosamente tengo que hacer muy bien el papel de medium cuando las parejas buscan precisamente esa talla para solucionar sus diferencias.
El último descubrimiento es que el corazón tiene algo que ver con la piel. Mientras más pasa el tiempo y más amas los dos crecen y se estiran al unísono… mi corazón no para de crecer y, gracias a Dios, no tengo que vestirlo porque no sabría qué talla tiene ahora… pero mi piel… ¿seguirá estirándose más aún?
Haciendo un balance debo decirles que al final de cuentas es muy divertido esto de transitar de talla en talla… y de tanto darle vueltas a lo mismo, me he mareado un poco sí, pero también he llegado a una conclusión: no preocuparme más de este tema… Llegará el día que sin esfuerzos y sin cirugías seré: extra extrasmall.