En días pasados, el presidente del Consejo de Regulación y Desarrollo de la Información y Comunicación (Cordicom) dio argumentos en defensa de la resolución de dicha entidad, la cual sirvió de base para que la Superintendencia de la Información y Comunicación sancionara al diario Extra por contenidos supuestamente discriminatorios, ordenando también al diario que se publique una disculpa pública por “el tratamiento sexista y estereotipado que se le da a la mujer” de acuerdo a la entidad pública, la cual considera procedente la respectiva sanción.
La historia es la siguiente: el 26 de agosto del 2013 el diario publicó la foto de una modelo colombiana en ropa interior y en una sugestiva pose con el título “¡Tremenda potra, carajo!”; luego de dicha publicación, una asambleísta de Alianza PAIS en representación de varios grupos de mujeres organizadas de la sociedad civil presentó una acción ciudadana con el fin de que el Cordicom estudie y se pronuncie sobre los contenidos sexistas de la publicación referida, al amparo de ciertos artículos de la polémica Ley Orgánica de Comunicación, argumentando la necesidad de impedir prácticas discriminatorias en contra de la mujer por parte de los medios de comunicación. La foto de la modelo ciertamente podría enervar a unos y complacer a otros, esa es la realidad.
De acuerdo al presidente del Cordicom, la resolución fue dada después de un análisis técnico y semiótico señalando que “la imagen de la mujer aparece como mercancía, sexo, violencia y como un hecho delictivo”, agregando que la sanción no era moralista, no constituía censura alguna y que no se busca “tapar a las mujeres con burkas”, en alusión de las prendas de vestir que cubren la cara y el cuerpo por completo. Más allá de la discusión respecto del morbo que puede ocasionar en el lector la publicación de fotografías con alguna dosis de referencia erótica, lo medular va dirigido a la interpretación del contenido sexista en la medida que podría encerrar “prejuicios y prácticas vejatorias y ultrajantes para las mujeres”.
Mi opinión: hay ciertamente una línea muy delgada entre el rechazo al contenido sexista de una fotografía y el afán hipercontrolador del organismo público que ciertamente no debería desviarnos de la reflexión principal, pues se podría inclusive criticar el gusto o no existente al publicar una foto de ese tipo con tan sugerente título, pero eso no debería constituir motivo de sanción al diario, pues muchos podrían luego confundir la misión de control a la prensa con una especie de vigilancia moral. Y ahí sí sería otra historia, demasiada gris como para contarla.
...muchos podrían luego confundir la misión de control a la prensa con una especie de vigilancia moral.