Son muchas y variadas las traiciones que se pueden realizar entre las personas: hay deslealtades familiares, políticas, deportivas, de negocios, profesionales, entre socios, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, de colegio, de universidad; infidelidades de pareja: sean enamorados, novios o casados… Las huellas o heridas que dejan en los afectados también son muy distintas, pero lo que sí tienen de común todas ellas es la mentira… No hay traición sin engaño…

A propósito de la recientemente estrenada obra de teatro del inglés Harold Pinter, bien dirigida por Carlos A. Ycaza, que trata, muy a la inglesa, la historia de la traición sexual de una pareja, voy a referirme a esta dolorosa situación que, lamentablemente, con cierta frecuencia ocurre en nuestro medio.

Es necesario tener claro que cuando la relación de los esposos está en crisis o atraviesan un bache, esto no es excusa para que uno de los dos sea infiel… y luego diga: es que las cosas no estaban bien, no estaba feliz…

Cuando tienen problemas buscan resolverlos solos o con ayuda, pero la infidelidad no los resuelve sino que los agrava y, además quien fue infiel debe asumir plenamente la responsabilidad de sus actos que ponen en peligro de muerte a la relación al romper el compromiso de entrega total, exclusiva y excluyente.

El que un miembro de la pareja esté vulnerable puede explicar la caída… pero no la justifica.

Alrededor de la infidelidad se tejen innumerables mentiras que agravan más aún la falta y en ocasiones la red de falsedades se convierte en algo imperdonable… Produce alejamiento, a veces insalvable, porque introduce un ser extraño en la intimidad que solo debe pertenecer a los dos.

Pueden ser terribles las reacciones cuando se descubre la infidelidad de la pareja. Cuando ha habido amor siempre acarrean consecuencias emocionales, psicológicas y físicas: pérdida del control, mucho dolor, confusión, amargura, decepción, inseguridad, insomnio, tormenta interior de pensamientos que se desbordan, sin contar los deseos iniciales de venganza o desquite y la muy grave pérdida de confianza…

¿Se puede recuperar una relación cuando ha existido infidelidad? ¿Qué dicen los expertos?

En realidad, quienes pueden responder a esta pregunta, los verdaderos expertos en el tema, son quienes han atravesado una situación así y la han superado, no solo personalmente, sino también como pareja.

Sin duda que no es fácil, para nada… Se trata de reconstruir muchos aspectos en la relación y de avanzar en dos procesos fundamentales: el de sanación y perdón, que debe ir paralelo al de recuperación de la confianza. Solos es muy difícil lograrlo.

Perdonar es un largo camino que requiere ante todo voluntad, tiempo, paciencia, demostraciones de afecto y deseo de seguir juntos…

Recuperar la confianza tampoco es fácil y allí quien ofendió debe atenerse a las necesidades del ofendido para proporcionarle la seguridad que se perdió por la falta cometida.

Cuántas rupturas y sufrimientos podrían ahorrarse si deciden aprender a no ponerse en la tentación, convencidos de que la fidelidad es un compromiso mutuo y fuente de felicidad.