Con mi familia decidí invertir en una casa propia y en febrero pasado con mucho esfuerzo entregué a la inmobiliaria un dinero por el 30% del costo de la vivienda, pero al iniciar las gestiones para el préstamo del monto restante, en el banco en que tengo mi cuenta me dijeron que mi solicitud había sido negada por “políticas del banco”.
Intenté en otros cinco bancos realizar el préstamo; fue negado, en una de esas entidades se me informó que yo “estaba en una cartera castigada” por no pagar un saldo de una tarjeta de crédito. El problema fue que me robaron una tarjeta y yo lo reporté por vía telefónica al emisor de la tarjeta, y pensé que no tendría problemas. Hace un año cuando abrí la cuenta corriente me dijeron que tenía una deuda de $ 550 con la tarjeta robada, nunca me notificaron sobre esta deuda injusta y ajena, pero la cancelé para evitar contratiempos; sin embargo, los bancos me han negado el préstamo para mi casa. En la Superintendencia de Bancos se me informó que eso no podía solucionarse “... la tarjeta aquí nadie se la va a sacar (de la cartera castigada), con el tiempo se solucionará en tres o cuatro años”. Hace más de un año la Asamblea eliminó la Central de Riesgos por pedido del presidente Rafael Correa, quien dijo que tuvo un problema similar porque esta entidad lo mantuvo como moroso cuando (al igual que mi caso) habría cancelado la deuda de una tarjeta de crédito. El presidente dijo además que la información de esta entidad no era vinculante para la aprobación de un crédito, pero entre los bancos, al parecer, cruzan información sobre los clientes, es decir, que esta disposición no sirvió de nada. Lo irónico es que el banco en que manejo mi cuenta y me negó el préstamo para la casa sí me aprobó un préstamo de menor cuantía en julio. ¿Quién puede frenar este trato injusto?
Édgar Manuel Salazar Macías,
Guayaquil