Ave María purísima, sin pecado concebida. Acúsome padre pues he pecado de pensamiento, palabra, obra y omisión. Sobre todo de palabra, pues he faltado a la verdad a sabiendas. He vulnerado la honra de personas, consciente de que los epítetos que les he endilgado son injustos y mentirosos. Acusé a un cantante popular de alcohólico y drogadicto, ¿pero qué culpa tengo yo de que los informes de inteligencia carezcan justamente de esa cualidad? No puedo ocuparme de todo padre, póngase en mi lugar. La cantidad de ineptos que me rodean, me obliga a estar en todas partes y preocuparme incluso que luego de cada mitin revolucionario, dejen las cosas limpias y en el puesto. ¿Qué responsabilidad tengo yo, si el informe que me pasaron dice que este cantante malcriado tenía una droguería encima y pasa borracho todos los días? Ahora, padre, resulta que este majadero, que cada vez que paso me da yuca o me enseña el dedo medio, ha sido abstemio y las únicas drogas que usa son las que debe tomar para paliar los efectos de una epilepsia provocada luego de una paliza sufrida en la cárcel.

Imagine padre la ira, de la cual también me acuso, que me provocó que todo el país se ría de mis aseveraciones. Yo que cuido el valor de mi palabra, ridiculizado hasta el piso en redes sociales y medios de comunicación. Esos mismos medios que no pierden oportunidad para darme duro y hacerme quedar mal, ahora exigen una disculpa. ¿Una disculpa yo? ¿Yo que he sido lo mejor que le ha pasado a este país en su historia? Es verdad que la vanidad es pecado capital, padre, pero siendo sinceros ¿quién ha sido más bueno, guapo e inteligente de los que han ocupado el Palacio? Nadie ha pensado a futuro como yo y todavía se atreven algunos excolaboradores a acusarme de haber traicionado el proyecto. No entienden padre, que el proyecto soy yo, sin mí no existe, como no existía este país antes de mi llegada. La no república ha sido remplazada por una patria altiva y soberana, que solo los necios, los odiadores y los resentidos no quieren ver. Antes los jueces dependían de grupos perversos, ahora dependen de nosotros, lo cual es bueno para el país y para la justicia. Estos jueces que liberan delincuentes, ahora saben que si van en contra de los pedidos de los fiscales y sobre todo de los partes policiales les caemos con todo y por las mismas los destituimos. Somos serios, padre, vea cuántos jueces hemos botado, cuántos quedan de aquellos infames que declararon inocentes a los sublevados del 30-S, cuántos hemos apresado por ordenar libertades de aquellos que la Policía ya declaró culpables en sus informes.

¿No ve padre que nosotros sí sabemos lo que le conviene al país? nosotros los de mentes lúcidas, manos limpias y corazones ardientes tenemos la película clara del rumbo que debe tomar la patria. Sin nuestra dirección solo queda la nada, el oscurantismo, la opacidad. Es verdad que hemos llenado las cárceles a niveles nunca antes vistos y que casi la totalidad de los que hemos encarcelado son personas que pertenecen al sector económico más subalterno, pero hay que combatir la inseguridad padre, usted entiende. Estos seudointelectuales que creen que el problema de la inseguridad se combate escribiendo tonterías. Nosotros sí sabemos cómo frenar la delincuencia, cómo cazar a los malos. Es simple, se ofrecen 30 monedas de plata o 50 mil dólares y verá que siempre habrá alguien de la banda dispuesto a traicionar. Usted sabe de lo que hablo padre y no se me ponga bravo que yo también me enojo y no sabe cómo soy cuando me cabreo.

Volviendo a mi confesión, acúsome de querer pasar de la palabra a las obras con el mismo cantante malcriado, porque un poco de violencia también es humano ¿o no? ¿El mismo Jesús no corrió a látigo a los mercaderes que habían hecho del templo una cueva de ladrones? Y a él no le exigen disculpas o explicaciones. Soy humano y como toda persona creo que un poco de violencia es aceptable. ¿Imagínese si mi esposa o alguien de mi familia hubiera estado presente cuando me hizo dedo este majadero? Le habría dado una patada que hubiera tenido que sentarse de oreja un año. Ya sé padre que el cantante solo y yo con toda mi fuerza de seguridad alrededor no son las circunstancias más equitativas, pero qué se le va a hacer, son varios años que tengo agentes y guardaespaldas y la verdad en esas condiciones es bastante cómodo retarle a puñetes a cualquiera. Por lo demás, padre, padre? Está ahí?...

La cantidad de ineptos que me rodean, me obliga a estar en todas partes y preocuparme incluso que luego de cada mitin revolucionario dejen las cosas limpias y en el puesto.