La adicción es una forma compulsiva de querer hacer algo que la sociedad lo ve como prohibido; lo opuesto sería hacer el bien y se denomina virtud. Toda adicción afecta la salud de la persona y más a la familia, que la hace codependiente. La Organización Mundial de la Salud considera a la adicción como una enfermedad física y psicoemocional que desarrolla satisfacción de dependencia a una sustancia, actividad o relación donde no pueda controlarse y lo lleve a conductas compulsivas, lo que le perjudicaría a futuro su calidad de vida.

Según Torné Germanes, presidente de la Sociedad Española de Patología Dual, el 70% de los adictos sufren algún tipo de patología mental asociada. Las adicciones más comunes que han desarrollado los individuos son: psicotrópicos, alcohol. Nicotina y otras drogas, juegos de azar. Comida o componentes comestibles tales como el azúcar o la grasa, sexo o actividad sexual, el excesivo trabajo, relaciones interpersonales o de pareja.

La mayoría de los adictos son individuos débiles de carácter que presentan imposibilidad de comunicarse y de exteriorizar sus conflictos, surge un aislamiento interno manifestando un alivio mientras consume sin darse cuenta de que los efectos de las drogas psicotrópicas afectan al cerebro produciendo confusión mental, delirio, alucinaciones, comportamiento generalmente agresivo, taquicardia, sensación de pánico, problemas digestivos e intoxicación, y en dosis alta puede causar la muerte por sobredosis.

Pero hablemos del abuso de la marihuana y cómo afecta al cerebro principalmente. Esta proviene de la planta cannabis sativa, el compuesto químico es el tetrahidrocannabinol o THC; se la consume frecuentemente en forma de flores secas y hojas subyacentes y los tallos de las hembras de la planta cannabis. Esta sustancia estimula las células cerebrales produciendo euforia, los colores se ven más brillantes, risa y aumento del apetito, para luego pasar a la depresión, sueño, temor, desconfianza y pánico; entorpece la coordinación, afecta la capacidad de realizar tareas como hacer deportes y aprender. El deterioro producido por la marihuana en la memoria ocurre porque el THC altera la manera en la que la información es procesada por el hipocampo, el área del cerebro responsable de la formación de la memoria.

Hoy en día, el según el Consep, cada consumidor puede portar hasta 10 gramos de marihuana, dos gramos de pasta base de cocaína, un gramo de clorhidrato de cocaína, 0,1 gramo de heroína, 0,015 gramos de metilendioxifenetilamina (éxtasis) y 0,040 gramos de anfetaminas, sin que sea detenido. ¡Imagínense las consecuencias de un adicto a la marihuana portando y consumiendo diariamente en forma “legal”, cuyos efectos nocivos en el cerebro puede llevar incluso a trastornos psicóticos severos!

Vemos que la Secretaría de Comunicación emite un mensaje en TV en el que el padre tiene una botella de licor y la madre un cigarrillo en la mano, con un mensaje de culpa de la adicción del hijo. El adicto presenta conflictos internos que lo inducen a manipular a su familia presentándose como víctima, y que pueden desencadenar violencia familiar. Los padres no son los responsables de la conducta de un hijo, pero sí tienen la obligación de enseñarles deberes y valores dentro de la sociedad y de ellos mismos.

El Gobierno debe de fomentar centros educativos conductuales psicosociales integrados para evaluar el yo interno de una persona y buscar solución a conflictos internos que puedan desencadenar adicción.