La medicina no es un negocio por ser aprendido, pero sí una profesión por ser participada, y está conformada por un cuerpo especializado de conocimientos, que son sus miembros, los médicos, quienes deben transmitir y expandir estos conocimientos con códigos de ética y obligaciones de servicio a la sociedad.
El título de doctor viene del latín docente, enseñar; lo que significa que los médicos tienen la responsabilidad de compartir sus conocimientos e informaciones con los colegas y pacientes, lo cual incluye las enseñanzas de las destrezas, técnicas y experiencias clínicas; reportar los resultados de estudios científicos a colegas, estudiantes de medicina, residentes médicos y otros trabajadores de la salud.
Todos los médicos estamos en la obligación de proteger la salud pública y estar prestos a dar nuestro contingente en la formación de nuevas generaciones de profesionales en medicina, desde la cátedra o el servicio de un hospital público.
Pero la transmisión de estos conocimientos no es por generación espontánea, sino programada, y necesita tiempo para la formación de nuevas generaciones , cosa que en las últimas décadas no se ha realizado en el país.
La universidad debe ir de la mano del hospital escuela, en formación programada de médicos residentes y futuros especialistas responsables de la salud pública de un país. Los mejores médicos especialistas formados, deben participar en la reestructuración de los posgrados médicos con aval universitario, y realizados en nuestros hospitales con regímenes académicos actualizados, guardias presenciales y residencias asistenciales con tutores y directores de posgrado.
Jaime Benites Solís
Doctor, clínico intensivista, av. Samborondón