Bajo el intenso sol de la mañana, el barrio Jaime Roldós, en el norte de Quito, parece una comunidad como cualquier otra. Sin embargo, tras la tranquilidad aparente, los vecinos viven con temor, evitando incluso hablar de los eventos violentos que han sacudido su día a día.
En la cancha de tierra de la Liga Barrial San José de Cangahua, escenario de innumerables encuentros deportivos y reuniones comunitarias, el ambiente está cargado de miedo por los recientes incidentes que han manchado de sangre este espacio.
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En balacera en estadio del norte de Quito hubo un fallecido
El domingo 20 de octubre, un violento ataque durante un campeonato de fútbol interrumpió la aparente seguridad del lugar. Víctor S., un joven de 26 años, perdió la vida al recibir múltiples disparos mientras disfrutaba del partido con su hermano.
Este suceso dejó a la comunidad consternada y temerosa, en un barrio que hasta hace poco había encontrado en el estadio una suerte de refugio frente a la violencia generalizada en las calles aledañas.
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Los vecinos de la Roldós, aunque reacios a hablar ante cámaras, reconocen que la inseguridad en el barrio ha empeorado significativamente en los últimos años. Grupos de pandillas y del crimen organizado han convertido las calles en territorio hostil.
La Roldós, el barrio convertido en el epicentro de la violencia en el norte de Quito
Jonathan, un residente del sector, compartió su testimonio, pero pidió no revelar su apellido: “Es un poquito complicado, la verdad, por la seguridad. Debería haber más rondas de policías. Escuché que hubo un asesinato cerca de la farmacia, está todo muy complicado. A partir de las 18:00 o 18:30 ya no salgo, es mejor evitar cualquier incidente”.
Este tipo de declaraciones reflejan el miedo que se ha instalado en la comunidad. “Ya ni en el estadio se puede estar seguro; cuando pasa algo, rondan uno, dos, tres días y después se vuelven a olvidar”, agregó el ciudadano.
Durante el día, los extorsionadores de las pandillas se mueven por las calles pidiendo pequeñas sumas de dinero a los transeúntes y comerciantes, con la amenaza de violencia si no colaboran.
Sin embargo, las noches traen consigo un peligro aún mayor: las disputas entre pandillas, que no dudan en utilizar armas de fuego para saldar cuentas.
Según los vecinos, estos enfrentamientos han cobrado la vida tanto de miembros de las organizaciones delictivas como de inocentes que han quedado atrapados en el fuego cruzado.
El suceso del 20 de octubre no fue un hecho aislado. La Roldós ha sido testigo de una serie de episodios violentos que han marcado su historia reciente.
Apenas unos días antes, el 16 de octubre, una mujer perdió la vida al ser alcanzada por disparos en las inmediaciones de una farmacia. Aparentemente, tres sujetos, que se movilizaban en motocicletas, abrieron fuego, en un incidente que aún está bajo investigación por parte de la Policía Nacional.
Este ataque, sumado a otros episodios de violencia en meses anteriores, como el ataque a una barbería en julio que causó tres muertos, ha generado un clima de terror entre los habitantes del barrio.
A pesar de las constantes denuncias y el clamor de la comunidad por una mayor presencia policial, la realidad es que, según los testimonios de los vecinos, las patrullas solo aparecen en la zona tras un hecho violento y luego de unos días se retiran.
La violencia en la Roldós no es aleatoria. Desde hace años, el barrio se ha convertido en una especie de ‘campo de batalla’ entre dos de las organizaciones criminales más peligrosas de Ecuador: Los Choneros y Los Lobos.
Estas bandas se disputan el control del territorio, generando un aumento significativo en los índices de criminalidad en la zona.
Tres muertos y un herido en ataque en una barbería, en el norte de Quito
Según datos de la Policía Nacional, hasta mediados de agosto de 2024, la ‘guerra territorial’ había cobrado la vida de al menos ocho personas, un aumento del 166 % en comparación con el mismo periodo de 2023.
Este incremento alarmante ha llevado a las autoridades a implementar nuevas estrategias para tratar de frenar la violencia.
A pesar de la violencia que lo envuelve hoy en día, la Roldós tiene una historia rica en luchas y sacrificios.
Fundado como una cooperativa de vivienda en 1983, el barrio ha sido durante décadas un símbolo de la clase trabajadora de Quito, un lugar donde las familias se unieron para construir una vida mejor.
Hombre murió baleado en el sector de la Roldós, en el norte de Quito
Pero en los últimos años, la realidad ha cambiado. La presencia de grupos criminales ha transformado el paisaje social del barrio, creando una atmósfera de desconfianza y miedo.
Los espacios que antes eran utilizados para el esparcimiento y la convivencia, como el estadio barrial, ahora son vistos como lugares potencialmente peligrosos, donde incluso la presencia de niños no garantiza la seguridad.
Ante esta situación, los habitantes de la Roldós han hecho un llamado desesperado a las autoridades para que se implementen medidas más efectivas de seguridad.
La Policía Nacional, por su parte, ha prometido reforzar la vigilancia en la zona, pero hasta el momento los resultados no han sido los esperados.
Las muertes violentas en zonas de minería se han incrementado, las bandas expanden su accionar
El mayor Mauricio Pinto, jefe de operaciones del distrito La Delicia, afirmó que el caso del asesinato de Víctor S. sigue bajo investigación y que se están utilizando todas las herramientas disponibles para dar con los responsables. Sin embargo, hasta ahora no se han reportado detenciones.
Se solicitó una actualización de muertes violentas en el distrito La Delicia, así como en la Roldós, pero hasta la publicación de esta nota informativa no hubo respuesta. (I)