Gilberto se sorprendió al recibir una notificación respecto a un préstamo adquirido en su nombre aparentemente de manera fraudulenta.
En días recientes, el jueves 2, él acudió a la Fiscalía de La Merced, en el centro de Guayaquil, con la intención de denunciar el caso de usurpación de identidad.
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Según él, alguien utilizó su número de cédula para adquirir un crédito de alto monto, cuyo valor prefirió no revelar, sin que él haya autorizado la operación.
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El ciudadano indicó que el trámite fraudulento se habría realizado en julio pasado, pero que recién en este mes recibió la notificación del cobro por parte de la entidad financiera.
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Ese fue el momento en que descubrió que había sido víctima de un uso indebido de sus datos personales.
“Se han tomado mi número de cédula para sacar un crédito que no he realizado. Del banco me comunicaron que tenía que poner una denuncia en Fiscalía para que ellos puedan sacarme de esa deuda”, explicó.
Cueva llegó acompañado de un familiar con la esperanza de que su denuncia fuera procesada con rapidez. No obstante, al llegar a la Fiscalía se encontró con una sala llena de personas y con pocos espacios habilitados para la atención.
Ese día, según él, únicamente dos cubículos estaban operativos, lo que generaba una larga fila y evidente malestar entre los usuarios que esperaban.
La espera se extendió por al menos una hora, tiempo durante el cual no pudo avanzar en su trámite. Ante la demora y coincidiendo con la hora del almuerzo, Cueva optó por salir para comer algo antes de retomar la gestión.
El afectado aclaró que nunca perdió sus documentos personales ni sufrió el robo de su cédula, por lo que el caso lo tomó totalmente por sorpresa.
“Todo pasó de un momento a otro, cuando me llamaron para cobrarme un crédito que jamás pedí”, relató el sujeto.
Su mayor preocupación es que, mientras el proceso judicial no avance, su nombre quede vinculado a una deuda que no contrajo.
Desde el banco le señalaron que la denuncia en Fiscalía es el requisito para que puedan iniciar el trámite de exclusión y confirmar que no se trata del deudor real.
Según colaboradores de la institución pública, la situación de Cueva pone en evidencia dos problemas recurrentes: por un lado, la suplantación de identidad que afecta a ciudadanos cuando sus datos personales son utilizados sin autorización para solicitar créditos o realizar transacciones; y, por otro, las demoras que enfrentan quienes acuden a la Fiscalía para denunciar.
En este caso, el denunciante insistió en que lo que más necesita es celeridad para que su situación se aclare y no se le sigan generando consecuencias por un crédito que desconoce.
“Solo quiero que me desvinculen de esa deuda y que se investigue cómo fue que aprobaron ese trámite usando mi cédula”, añadió Cueva.
Agregó que casos como el suyo reflejan la vulnerabilidad de los ciudadanos ante delitos financieros y la necesidad de fortalecer los sistemas de control en entidades bancarias y estatales. (I)