Cuando tenía 11 años se iniciaron las agresiones sexuales. Édgar Y. aprovechaba que se quedaba a solas con su hijastra y abusaba de ella, según la Fiscalía. Cuando cumplió 13 años la menor de edad confesó a su madre lo que ocurría, pero ella no le creyó, pues el agresor era ya la pareja sentimental de la mujer.