Cristian Mauricio Ch. M., cabo segundo de la Policía, se encuentra este domingo con “pronóstico reservado” en el hospital General Docente Ambato, centro al que llegó herido el sábado pasado con un impacto de bala en su cabeza. Según las investigaciones, el uniformado se habría disparado.

Personal de esta casa de salud, que pidió la reserva de su identidad, sostuvo que el policía ingresó en la mañana del sábado con una herida de bala, con orificios de entrada y de salida, en estado de coma. “Tenía abundante pérdida de sangre y exposición de la masa encefálica”, señalaron en el hospital.

Publicidad

En las condiciones en las que llegó el uniformado, según explicaron, no iba a tolerar una cirugía. Por eso, añadieron, se siguieron los protocolos de atención en emergencia y fue ingresado a la unidad de cuidados intensivos, en donde se encuentra con ventilación. Es decir, el policía tendría “muerte cerebral”.

En el parte policial, Yadira Carolina P. C. aseguró que había terminado hace poco una relación sentimental con el uniformado y que, mientras el cabo estaba de amanecida el sábado, la contactó cuando ella estado bebiendo con unos amigos en el cantón Cevallos. Hasta allá, agregó, la fue a visitar.

Publicidad

Sí es posible identificar conductas que pueden propiciar el suicidio

Luego de cumplir con el turno de patrullaje, Cristian junto con otro uniformado, según el testimonio, se habrían ido en un vehículo particular con ella con la finalidad de arreglar las cosas entre la pareja. Primero, narró, llegaron al sector de La Moya, en Pelileo, pero se quedaron alrededor de diez minutos.

Según el relato de la mujer, en el camino de regreso continuaron las discusiones entre los dos hasta llegar a la altura de la Uniandes, sector de Terremoto. Ahí, aseveró, el policía presumiblemente sacó el arma de dotación y amenazó con dispararse. Ella pensó que era una broma, según indicó en el parte, por lo que no le dio importancia. Sin embargo, luego observó que se disparó en la cabeza, añadió.

En ese momento, indicó en su relato, le pidió al amigo del uniformado —que presumiblemente conducía el vehículo— que se dirigiera al hospital, porque aún respiraba. (I)