En los 18 días que duró el paro nacional, entre el 13 y 30 de junio, parte de la infraestructura y equipos de la Policía Nacional sufrieron ataques de manifestantes que participaron en las protestas, para lo cual se utilizaron explosivos, objetos incendiarios, perdigones, lanzas, piedras, entre otros materiales. En algunos casos, la destrucción de patrulleros, motocicletas y destacamentos fue total.