El cuerpo de Hugo Armando Zambrano, de 28 años, se mantenía expuesto en un féretro instalado en el interior de la vivienda donde habitaba, en una calle lastrada de Los Vergeles, en el norte de Guayaquil.

Hasta allí, este lunes, 16 de diciembre, allegados y familiares arribaron consternados desde distintas zonas de la ciudad y también de su natal Balzar para darle el último adiós. Había escenas de tristeza por su trágica y inesperada partida.

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Ahí, entre los presentes había sentimientos de tristeza, impotencia e indignación por el episodio que derivó en la muerte del joven, que se dedicaba al taxismo informal y que tenía dos hijas pequeñas.

La muerte de Hugo, quien era el mayor de seis hijos, se dio la noche del sábado anterior, tras ser aprehendido por personal policial en la avenida Paseo del Parque. Su retención se dio cuando se encontraba con su esposa teniendo relaciones sexuales.

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En esa avenida, él y su esposa fueron abordados por policías motorizados. El joven se habría asustado porque creyó que se trataba de un robo o secuestro, por lo que inició la marcha del automotor; sin embargo, metros más adelante paró la marcha y se percató de que había sido alcanzado por un disparo que aparentemente ejecutaron los uniformados.

Zambrano estuvo desangrándose por más de una hora y media en el sitio, a la espera de que una ambulancia lo llevara a un hospital de Monte Sinaí. Aunque fue atendido inicialmente en el hospital, luego fue ingresado al Cuartel Modelo y murió cuando aguardaba una audiencia de flagrancia la noche del sábado anterior, alrededor de las 22:00.

Por este caso, con asesoría legal, familiares pusieron una denuncia por el presunto delito de lesa humanidad en contra de seis agentes aprehensores, cuatro hombres y dos mujeres, además de un médico del sanatorio, agentes penitenciarios y otros funcionarios.

Según sus allegados, en Monte Sinaí, el joven habría sido asistido y se dio la limpieza de la herida; empero, no se habría concretado la extracción de la bala. Familiares consideraron que no hubo una atención adecuada.

Cerca de las 21:00 del sábado, pese a su estado de salud, él salió de la casa de salud y fue llevado al Cuartel Modelo para la audiencia de flagrancia. Ahí, sus allegados fueron testigos de malos tratos y su agonía.

Según el relato de su padre, tuvo episodios de sangrado y vómito. En ese sitio pidió asistencia de al menos dos ambulancias, le cambiaron el vendaje y se retiraron. Además lo llevaron a una casa asistencial cercana, no pudieron hacer nada por la bala y le recomendaron asistir al hospital del Guasmo.

Un hombre falleció en una audiencia en el Cuartel Modelo. Hugo Armando Zambrano, de 28 años, fue velado en zona del norte. Foto: Francisco Verni Peralta

“Basta tener un poco de conciencia para saber que está grave una persona en un estado así”, expuso Verónica, concuñada del fallecido.

Pese a la recomendación médica de la casa de salud, los agentes que lo resguardaban no habrían aceptado llevarlo hacia el Guasmo y lo retornaron al Cuartel Modelo.

Ya para las 21:40, la víctima fue llevada casi arrastrando a la sala de audiencias. El joven se desplomó y los médicos corroboraron su muerte, que no tenía ningún antecedente penal.

Los familiares calificaron que la aprehensión de Hugo se dio de “manera ilegal y arbitraria”; además hubo negligencia por las autoridades que conocieron el caso en la Unidad de Flagrancia.

“Es demasiada inhumanidad para todos los que estuvieron ahí involucrados: fiscales, secretarias, oficiales de Policía y todo el personal que estaba en ese turno trabajando, que lo vieron así y no pudieron hacer nada por él”, expuso la concuñada.

En la denuncia presentada en Fiscalía, los familiares pidieron la aprehensión de seis agentes policiales, además del médico del sanatorio, guías penitenciarios y el encargado de ingreso de la víctima en el calabozo del Cuartel Modelo.

“A él no quisieron hacerle una audiencia, a él quisieron dejarlo morir, a él lo dejaron morir porque nunca tuvo su audiencia. Esperaron hasta el último minuto, el último respiro de él, y no le hicieron su audiencia”, dijo.

Al Estado pidieron que tome acciones urgentes por lo que consideran malos tratos de uniformados, servidores públicos y especialistas que lo atendieron en los puntos descritos; además, que se pida el material de cámaras de seguridad de la avenida Paseo del Parque y Cuartel Modelo.

“Dejaron a dos niñas sin su sustento. ¿Por qué no le dieron asistencia médica? No se imagina el dolor grave para mí saber que la única persona que le ayudaba a la hija —él era el que veía por su hija en todo momento, con sus citas médicas, sus terapias, sus citas médicas...— ya no iba a estar. Dejaron a dos niñas sin su sustento”, expuso la concuñada.

El padre de Hugo, Everaldo, resaltó que su hijo cumplía extensas jornadas como taxista para ser el sustento de su hogar; que no buscaba problemas y se mostraba como una persona cariñosa con sus seres queridos.

“Ni en sueños me lo imaginaba (esto). Lo único que quiero es que se haga justicia. Cómo arrastraron a mi hijo me da pena, cómo partir de este mundo en esas condiciones. A mí me hicieron subir para escuchar audiencia cuando me percaté de que lo venían arrastrando, totalmente morado, agonizando. Tuve que correr para cogerlo para sentarlo, pero no pudo sostenerse, se desplomó”, expuso.

A su vez, dijo que espera que este caso no quede impune para evitar otros episodios con otras personas que podrían ser inocentes. “Por más plata que me den, no me lo van a devolver. Quiero que no quede en la impunidad”, dijo el hombre.

La tarde de este lunes 16 estaba previsto que se realizara el sepelio de Hugo en el camposanto Jardines de Esperanza.

Con su despedida, ellos auguraban que haya justicia por este caso, puesto que esta familia queda fragmentada en medio de festividades de diciembre. Para el próximo 26, la segunda hija, Ohana, cumpliría 3 años, sin aún explicarse la razón de la ausencia de su padre. (I)