Con globos blancos y carteles que decían “¡Exigimos justicia!”, familiares y allegados despidieron a los comerciantes secuestrados y asesinados en Nueva Prosperina.

El sepelio se realizó en un cementerio del noroeste de Guayaquil, en medio de escenas de profundo dolor, este sábado, 7 de junio.

Estos son parte del grupo de comerciantes que murieron asfixiados en una cisterna tras ser secuestrados. Las víctimas eran tres hombres y una mujer que habían sido secuestrados en diferentes sectores de Guayaquil y Daule entre el 29 de mayo y los primeros días de junio.

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Antonio José L., uno de los asesinados, dejó a su esposa y a sus cuatro hijos, quienes ahora enfrentan la ausencia de un padre y compañero de vida.

José era comerciante en el sector de Urdenor.

Su padre esta tarde lloraba desconsoladamente pidiendo justicia ante el accionar de los responsables.

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Durante la despedida, los asistentes acudían con fotos de sus allegados y se abrazaban para intentar calmar el llanto.

En el sitio también había varios vehículos en donde se exponían pancartas con la frase “Injusticia legal, muerte real”.

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Según testigos del acto, tres de las víctimas eran comerciantes indígenas, mientras que la cuarta fue identificada como la vendedora china secuestrada en su tienda de la Martha de Roldós.

Los cuerpos fueron hallados el viernes en una cisterna de aproximadamente dos metros cuadrados, cubierta con planchas de zinc y un tanque colocado encima para impedir cualquier intento de escape. Esto fue en una loma de difícil acceso en Nueva Prosperina, en el noroeste de la ciudad.

Según las autoridades, los ciudadanos murieron por sofocación en ese lugar.

Sobre este caso, hubo cinco detenidos a quienes un juez les dictó prisión preventiva, por el delito de secuestro extorsivo con resultado de muerte. (I)

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