‘Escuchamos una ráfaga de disparos, nos pidieron que no salgamos’: testigos cuentan los momentos de pánico por ataque armado en clínica de Guayaquil

Personal de salud, de seguridad y familiares de pacientes vivieron momentos de susto la madrugada de este miércoles durante la balacera que se produjo en el Omni Hospital para acabar con la vida de Carlos Omar K. A., conductor del vehículo blindado que fue baleado el pasado viernes en la ciudadela Kennedy y que se encontraba en ese centro.

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Según uniformados, producto de ese ataque falleció un hombre en el ascensor de la clínica.
Inicialmente se pensó que el fallecido era custodio de Carlos Omar K. A., pero se trataba de uno de los supuestos sicarios que entró a buscarlo para liquidarlo.

Testigos del hecho indicaron que los sujetos iniciaron una balacera en los exteriores del hospital para lograr ingresar. Luego, en su interior, al tratar de llegar a su objetivo, uno cayó abatido en el interior del ascensor.

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“Escuchamos una ráfaga de disparos, nos pidieron que no salgamos, que estemos tranquilos, que ya la Policía y personal de seguridad estaban a cargo, controlando la situación”, comentó uno de los ciudadanos que se encontraban en el sitio y pidió mantener su identidad en reserva.

Mientras el operativo policial se desarrollaba, otro equipo de seguridad del hospital realizaba el registro de todas las consolas para el monitoreo de áreas y verificar la seguridad de ese centro.

“Vimos que todos los guardias verificaron las entradas del hospital que estén bien cerradas. Ya había decenas de agentes de la Policía”, comentó el testigo.

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A los dos detenidos se los trasladó al Cuartel Modelo para la audiencia de flagrancia.

Hasta las 08:00 de hoy, decenas de pacientes tuvieron que ingresar a pie ya que la avenida Abel Romero Castillo está acordonada para las pericias.

Allí, pacientes que salieron del hospital durante la mañana dijeron que la atención continuó en todo momento, jamás se dejaron de realizar las consultas, exámenes de laboratorio.

Incluso llegó una emergencia al hospital y abrieron la zona acordonada para que accediera una paciente en el carro hasta el área de ingreso.

“Vine a acompañar a mi hija a unos exámenes y nos sorprendimos con esto. Adentro hay hartos policías, pero la atención está bien, todo normal, con susto pero fluye la atención”, dijo uno de los familiares de pacientes que llegaron al sitio. (I)