A pesar del encierro, los internos en el Centro de Rehabilitación Social de Turi tenían varios beneficios dentro de los pabellones. El fin de semana se realizaron tres requisas en las que se hallaron desde electrodomésticos hasta galones de alcohol.

Ocho días después de la matanza ocurrida en el pabellón de máxima seguridad, las autoridades indicaron que ya retomaron el control.

Lo que aún desconocen es si existen o no más armas de fuego o blancas en poder de los internos, por lo que se afirmó que estas requisas se repetirán.

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El comandante zonal de la Policía, Freddy Sarzosa, informó que en los allanamientos del fin de semana participaron 1.052 gendarmes de diferentes unidades especializadas, apoyados con militares, bomberos y personal del Consejo de Seguridad Ciudadana.

Tras “explotar” los patios y pabellones de todo el centro hallaron 48 teléfonos celulares, 24 tarjetas SIM, 19 cargadores, 42 cables USB, 48 pipas artesanales, 396 puntas de metal, una pistola para silicón, 21 cuchillos artesanales, baterías para celular, decenas de galones de alcohol, cigarrillos, fosforeras, un arma de fuego, dosis de cocaína, plantas de marihuana y una variedad de electrodomésticos entre congeladores, licuadoras, tostadoras, cocinetas eléctricas, entre otras.

Con estos resultados, afirmó Sarzosa, ya tienen el control de la cárcel, por lo menos en el área externa donde les corresponde y faculta la Ley, pues dentro, detrás de los muros, la responsabilidad es de los agentes de seguridad penitenciaria.

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En donde sí están presentes es en el primer filtro de ingreso, es ahí donde ofreció reforzar el control.

En cuanto a las investigaciones por la masacre del pasado martes en la que fueron brutalmente asesinadas 34 personas privadas de la libertad, el fiscal de Azuay, Leonardo Amoroso, refirió que se abrió una investigación previa para obtener todos los elementos de convicción que les permitan determinar responsabilidades.

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Por ahora no hay detenidos porque la investigación que desarrollan es un “proceso largo” y además “nadie pudo identificar a nadie para poder aprehender en flagrancia”. Lo que también tomaron fueron “documentos fundamentales” del área administrativa, no quiso especificar cuáles o con qué objetivo, aduciendo que el proceso es reservado.

Si bien desde el martes no se han repetido problemas entre internos y autoridades, los moradores de zonas cercanas a la parroquia Turi están nerviosos.

Es así que la tarde del domingo Sandra y su mamá vieron con atención cómo sobrevolaba el helicóptero de las Fuerzas Armadas sobre el centro.

Ellas estaban en el sector Bellavista y aunque no pasó nada, dijeron sentirse nerviosas e inseguras, en especial tras recordar las sangrientas imágenes que les llegaron a sus teléfonos celulares. (I)

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