Los investigadores han revelado nuevos datos sobre la muerte de la esposa y la hija de un agente de la Policía Judicial (PJ) de la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón), ocurrida el 29 de junio en la urbanización Girasol, un conjunto habitacional donde viven muchos uniformados, que está junto al laboratorio de Criminalística.
Esta semana se detuvo a una banda de 18 personas ligadas a varios delitos, como extorsión, tráfico de drogas y sicariatos.
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Según los primeros reportes, tres de estos detenidos estarían relacionados al sicariato. Ellos serían quienes hicieron, días antes del ataque, la vigilancia de las víctimas.
Los investigadores revelaron que entre las armas decomisadas el jueves 25 de agosto, en Bastión Popular, en la casa de un ciudadano venezolano se encontró una pistola de calibre 9 mm, que habría sido usada para disparar contra el carro del policía, donde iban su esposa y sus tres hijos. Los dos menores resultaron ilesos, porque iban en el asiento trasero.
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Además, se conoció que con esa misma arma se habría atentado contra otras personas. Se la analizó en el sistema y coincide con los indicios levantados en 23 muertes y 13 tentativas.
Los agentes, sin embargo, mencionaron que quien abrió fuego contra las víctimas aún no ha sido detenido. Al autor material del hecho lo siguen buscando.
Además, aún no se determina la motivación del crimen.
Estos detenidos fueron procesados la mañana del viernes por delincuencia organizada.
Les dictaron prisión preventiva y fueron enviados a la Penitenciaría del Litoral.
La instrucción fiscal durará 90 días. En ese tiempo, los agentes recopilarán indicios para procesarlos también por el sicariato de madre e hija. (I)