Aunque el movimiento indígena no consiguió que el Gobierno del presidente Guillermo Lasso aceptara por completo las diez demandas que impulsaron el paro nacional, se celebran como un triunfo las decisiones que Carondelet adoptó a raíz de la presión en las calles y que terminó en la firma de un acta que permitió concluir con 18 días de agitación social, donde hubo muertos, centenares de heridos y millonarias pérdidas económicas.