La caravana que realizó el exvicepresidente Jorge Glas, tras su liberación desde Latacunga a Guayaquil y el recibimiento de cientos de simpatizantes, entre banderas, tambores y consignas de que es un héroe, casi como un cierre de campaña electoral, avivaron las ideas de que podría volver a estar inmerso en la política ecuatoriana, aunque sin poder ser candidato por las dos sentencias que lo inhabilitan, según la Constitución. Sin embargo, esta opción no la contemplan por ahora dirigentes y militantes del movimiento Revolución Ciudadana (RC), que afirman que su prioridad es que su salud mejore.