Una evaluación psiquiátrica realizada al exvicepresidente Jorge Glas determinó que presenta un trastorno depresivo grave, acompañado de un riesgo suicida alto. El informe, elaborado por la perito Ángela Salazar, médica especialista en psiquiatría, neuropsicología y medicina legal, forma parte del proceso judicial que enfrenta Glas y está disponible en el Sistema Automático de Trámite Judicial Ecuatoriano (Satje).
El exvicepresidente Jorge Glas deberá comparecer el próximo 17 de junio de 2025 ante la Corte Nacional de Justicia, donde enfrentará un juicio por el presunto delito de peculado en el proceso de reconstrucción de la provincia de Manabí. Este será el cuarto proceso penal en su contra, tras haber sido sentenciado en los casos Odebrecht y Sobornos. Su tercera sentencia, por el caso Singue, fue anulada en etapa de casación.
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Durante la entrevista con la especialista Salazar, Glas abordó aspectos personales y emocionales. Afirmó que desde enero de 2025 tiene restringidas las visitas y el acceso al patio en el Centro de Privación de Libertad La Roca, en Guayaquil. Señaló además que sufre de insomnio crónico y que no recibe medicación adecuada. Una de las frases citadas en el informe fue:
“Me refuerzan las ideas suicidas, el decir: me mato de una vez, así se acabó la historia”.
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También recordó un intento de suicidio ocurrido en abril de 2024, cuando ingirió 60 pastillas. Sobre su situación legal, expresó:
“Aquí no hay justicia, me llevan a juicio cuando yo ni siquiera compré un lápiz (…) hay persecución (…) y yo soy la cabeza de todo porque soy el que está aquí”.
Durante la pericia, se aplicaron cinco test psicométricos para evaluar funciones cognitivas, riesgo suicida, ansiedad, depresión y el estado general de funcionamiento psicológico y social. El resultado en la Escala de Riesgo Suicida de Plutchik-Van Praag fue de 13 sobre 15, lo que indica alto riesgo de suicidio y necesidad de intervención inmediata. En la escala de ansiedad, obtuvo 18 puntos, correspondiente a un nivel leve a moderado, mientras que el diagnóstico final reveló una depresión grave.
El informe también identificó tres diagnósticos principales:
- Trastorno depresivo recurrente, episodio actual grave sin síntomas psicóticos.
- Simulación consciente: presencia de síntomas inducidos de manera deliberada con posible intención secundaria.
- Transformación persistente de la personalidad tras experiencia catastrófica.
Según la perito, “Jorge Glas presenta una enfermedad mental grave, que puede mejorar con tratamiento. No afecta su conciencia ni su inteligencia, pero sí disminuye su voluntad para las actividades cotidianas”.
Durante la entrevista, Glas también relató episodios de violencia presenciados durante su detención previa en la Cárcel de Latacunga, como motines y descuartizamientos. Dijo haber sufrido alucinaciones visuales y auditivas tras uno de esos hechos: “Desde ese momento empecé a ver charcos de sangre con babosas (…) escucho voces, siempre relacionadas con la sangre”.
Sobre su vida personal, mencionó estar divorciado y ser padre de dos hijos. Indicó que desde enero no ha tenido contacto con su familia debido a la suspensión de visitas:
“Me parece que en cierta forma ha sido positivo para ellos, porque ya se han olvidado de mí”, dijo.
Como parte de las 23 conclusiones del informe, la especialista recomendó la formación urgente de una junta médica que incluya a todos sus médicos tratantes, el reajuste de la medicación, un control estricto de su administración dentro del centro penitenciario, y la continuidad del tratamiento psiquiátrico y psicológico de forma permanente. No se planteó internamiento externo en un centro de salud mental.
Este peritaje se incorporará al proceso judicial que continúa su curso y en el que se determinará la responsabilidad penal de Glas en la gestión de los fondos destinados a la reconstrucción tras el terremoto de 2016. (I)