Las actividades comerciales, familiares y el derecho al sufragio se evidenciaron desde muy temprano este domingo en el sur de Quito, en la jornada electoral para elegir binomio presidencial, asambleístas y consulta popular.
Pese al frío de las primeras horas de la mañana, los capitalinos “madrugaron” a las urnas para “desocuparse temprano”.
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En el sur de la ciudad, los colegios como Consejo Provincial y Montúfar están entre los más concurridos, aunque en estos recintos la jornada se inició a tiempo, y desde las primeras horas la gente ya estuvo buscando sus respectivas mesas, sin mayores demoras.
En recintos ubicados en zonas comerciales como Chillogallo, Solanda o Guamaní, la ciudadanía hizo filas para esperar el inicio de la jornada, pero las columnas se hicieron más notorias conforme avanzaba el proceso, aunque ya con incomodidad para la ciudadanía.
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El sur se movió al ritmo comercial, el acostumbrado una mañana de domingo para las actividades dominicales, de casa, deportivas y recreativas. Don Gonzalo acudió temprano al colegio Montúfar, 08:10 ya había depositado su voto y se encaminaba a hacer sus tareas de fin de semana. “Luego el día se queda corto”, dijo entre risas a la salida del recinto y esquivando los primeros puestos de plastificado de papeletas. Como él, miles de quiteños repartidos en los recintos electorales.
Pero las incomodidades llegaron avanzada la mañana. Entre las principales, cierres viales por reconstrucción de vías y largas filas al ingreso de los recintos.
Calles aledañas a instituciones como la escuela Aampetra o el Instituto Traversari, en Chillogallo, se vieron copadas por la ciudadanía, que se abría paso entre las ventas informales para buscar los accesos, donde encontraron filas de cientos de personas, incluso algunos se toparon con cambios en las mesas y recintos con relación a las elecciones seccionales de febrero de este año, lo que causó mayor malestar.
Mientras unos buscaban informarse con miembros de la fuerza pública, otros mostraron su inconformidad por las filas, incluso con reclamos a la fuerza policial por los tumultos que pueden favorecer para causar caos en caso de un “ataque. Nos disparan a todos y nos acaban”, gritó una ciudadana en la puerta del Traversari.
La requisa para quienes ingresaban con mochilas fue otro factor de demora, lo que privó a algunos de ingresar acompañados, pues sus allegados prefirieron quedarse con las maletas afuera y eso ocasionó mayor aglomeración de gente en los exteriores.
Pero el caos en los exteriores tomó otra tónica en el interior de estas instituciones educativas, en las que los votantes no tuvieron contratiempos para ejercer su voto. Steven, un joven de 18 años, “despistado” por el cambio de recinto encontró sin problema su mesa y no demoró “ni cinco minutos” para sufragar y dejar el recinto, para afuera volver al caos del transitar por las calles.
Los sureños que optaron por movilizarse en vehículos debieron tener paciencia y sortear la congestión por sectores como Quitumbe, Terminal Terrestre, Chillogallo y Santa Rita, donde obras de la municipalidad en las vías ocasionaron una pesada carga vehicular.
Pese a estos inconvenientes, el clima acompañó a los votantes. La lluvia se disipó con la apertura de la jornada electoral, un ambiente fresco acompañó en la mañana, pero a quienes optaron por salir en la tarde puede favorecerles menor congestión y presencia de público, pero según los pronósticos, estarían acompañados por más lluvias. (I)