La violencia en las cárceles del país que dejaron 330 personas privadas de la libertad asesinadas, y un último hecho relacionado con la liberación del exvicepresidente de la República Jorge Glas días después de un motín en la cárcel del Turi en Azuay, ha promovido una discusión en el interior del Gobierno respecto a reestructurar el Servicio Nacional de Atención a Personas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI).