Un vuelo de Scandinavian Airlines que se dirigía de Estocolmo a Miami vivió un episodio de turbulencia severa que provocó caos entre los pasajeros y obligó a la aeronave a regresar a Europa antes de llegar a su destino.
El avión, que transportaba a 254 pasajeros adultos y un bebé, atravesó una fuerte turbulencia sobre Groenlandia, lo que generó escenas de pánico en la cabina. Según relatos de los pasajeros, algunos fueron lanzados hacia el techo, dejando objetos personales esparcidos por el suelo. Un video compartido en redes sociales mostró a personas gritando mientras el avión se sacudía violentamente.
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Un portavoz de SAS explicó a los medios que “las turbulencias comenzaron mientras el avión cruzaba Groenlandia”, una zona conocida por sus condiciones atmosféricas extremas y frecuentes episodios de turbulencias severas debido a los fuertes vientos y las variaciones de temperatura en esa región.
Uno de los pasajeros comentó que temió por su vida durante el incidente: “Vi a una mujer en mi fila ser levantada de su asiento hasta tocar el techo. Fue aterrador”, explicó.
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Tras el episodio, el vuelo regresó a Copenhague para realizar una inspección técnica, ya que en Miami no se contaba con el equipo necesario para las revisiones del avión. A pesar del susto, la aerolínea informó que no hubo heridos graves, aunque un pasajero afirmó haber visto a una persona con lesiones menores.
La aerolínea ofreció alojamiento en hoteles para los pasajeros afectados y reorganizó sus vuelos hacia Miami para el día siguiente.
Este evento resalta nuevamente la importancia de mantener el cinturón de seguridad abrochado durante todo el vuelo, ya que las turbulencias pueden surgir de forma inesperada y causar graves incidentes a bordo.
En un caso no relacionado, Scandinavian Airlines enfrentó un problema inusual en septiembre, cuando un vuelo de Oslo a Málaga tuvo que desviarse a Copenhague debido al hallazgo de un roedor en una comida a bordo, lo que puso de manifiesto otro tipo de desafíos en la seguridad aérea. (I)