La estructura del sistema defensivo de la República Bolivariana de Venezuela cuenta con presencia del cañón automático antiaéreo Breda Bofors 40-L70 de origen italiano-sueco, forma parte de la defensa venezolana desde la década de 1980 y toma énfasis tras las recientes tensiones en el Mar Caribe.
En primera instancia formaron parte del Sistema Guardián del ejército venezolano, pero fueron reemplazados por armamento ruso. Actualmente forma parte de la Infantería de Marina. En primera instancia se realizó una compra de 36 unidades, pero existe información limitada sobre cuántos siguen operativos.
Varios de ellos fueron reacondicionados con tecnologías actuales siendo parte de la Armada de Venezuela (Fragata Clase Lupo y Lancha de desembarco Campana) en embarcaciones según reportes recientes.
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Cañón automático antiaéreo L70
El nacimiento de Breda Bofors 40 L-70 se da en la era posterior a la Segunda Guerra Mundial tras el trabajo de la empresa sueca Bofors para sustituir al cañon L-60. El nuevo sistema trajo consigo mejoras en calibre, disparo y miras con mecanismos.
Bofors vendió la licencia de producción a la empresa italiana Breda, que continuó con el desarrollo de los cañones que llegaron posteriormente a Venezuela para reforzar su sistema de defensa en el Siglo XX. Cuenta con características
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Calibre y Munición: 40 MM
Longitud del cañón: 2.8 M
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Mecanismo de retroceso: Hidrogiro
Cadena de tiro: 600 disparos por minuto
Alcance: 11KM
Mecanismo de cierre: Deslizamiento vertical
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Las tensiones existentes entre Caracas y Washington generan interés en los mecanismos de defensa que tiene el régimen de Nicolás Maduro frente a las operaciones antinarcóticos en el Mar Caribe por parte del gobierno de Donald Trump.
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