Moscú sufre este viernes una ola de calor que hizo subir el mercurio por encima de los 35°C y batió un récord de temperatura que tenía casi 30 años, informaron los servicios meteorológicos rusos.

En la capital rusa, ciudad con clima continental, el récord de temperatura para un 10 de julio -de 33,4°C establecido en 1996- fue superado el jueves con 33,9°C, indicó el centro meteorológico ruso en su sitio internet.

Este viernes las temperaturas podrían romper un nuevo récord, ya que los servicios meteorológicos proyectan una temperatura de hasta 36ºC.

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La ola de calor “persistirá” hasta comienzos de la próxima semana en toda la zona del centro de Rusia y en el sur de la parte europea, con temperaturas que “superarán entre 3 y 8 grados las medias climáticas”, prevé el centro meteorológico ruso.

Desde el inicio de la semana y la llegada de la ola de calor, los moscovitas que están de vacaciones se apresuraron a ir a sus casas de campo en los suburbios, así como a los parques y fuentes de la capital.

El calor representa un desafío particular para los obreros, así como para las personas mayores.

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“Es duro, estoy tomando medicamentos”, confiesa Valentina Aleksándrovna, de 86 años, entrevistada por la AFP en una calle de Moscú. El calor “es sofocante”, dice, añadiendo que no recuerda “haber vivido un calor así”.

Algunos se bañaban en los estanques y canales contaminados de la ciudad, a pesar de las prohibiciones.

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Los científicos llevan años alertando sobre el impacto del cambio climático en las olas de calor, las sequías y otros fenómenos meteorológicos extremos, cada vez más intensos y frecuentes.

Europa Occidental vivió el pasado mes de junio el más caluroso de su historia, mientras temperaturas “extremas” azotaron el continente en dos olas de calor tempranas consecutivas, según el observatorio europeo Copernicus. (I)