Lo que una vez fue un pueblo de niños alegres se convirtió en un lugar desolador, luego de que, durante 10 horas, el intercambio de balas y el sonido de los vehículos quemados empañara la tranquilidad la madrugada del 5 de enero. Una noche en la cual más de cinco mil habitantes de Jesús María recordarán como uno de los momentos más traumáticos de su vida.