Este miércoles arrancó la Asamblea General Ordinaria del sínodo de los obispos sobre el futuro de la Iglesia católica. Este proceso arrancó en 2021 y se prevé culminar en el 2024.

Este simposio mundial se espera que aborde temas que el ala conservadora ve con preocupación como es el tratamiento de los divorciados así como de los creyentes LGBTQ. También se abordará acerca de las mujeres diáconas y el celibato sacerdotal.

Publicidad

Durante la misa de apertura, el papa Francisco marcó la pauta de la reunión y pidió que la Iglesia sea “hospitalaria” de “puertas abiertas a todos” y recordó que en el Sínodo no caben “estrategias humanas, cálculos políticos o batallas ideológicas”.

El Papa Francisco permitirá a las mujeres y a los laicos votar en el sínodo de obispos

El papa instó a ser “una Iglesia que, con corazón alegre, contempla la acción de Dios y discierne el presente; que, en medio de las olas a veces agitadas de nuestro tiempo, no se desanima, no busca escapatorias ideológicas, no se atrinchera tras convicciones adquiridas, no cede a soluciones cómodas, no deja que el mundo le dicte su agenda”.

Publicidad

“La principal tarea del Sínodo” es “volver a poner a Dios en el centro de nuestra mirada, para ser una Iglesia que ve a la humanidad con misericordia. Una Iglesia unida y fraterna, o que al menos lo intenta, que escucha y dialoga; una Iglesia que bendice y anima, que ayuda a quienes buscan al Señor, que sacude saludablemente a los indiferentes, que pone en marcha itinerarios para instruir a las personas en la belleza de la fe”, dijo.

En total participarán 364 miembros con derecho a voto y un centenar de expertos intervendrán a puerta cerrada y le entregarán a Francisco las propuestas, quien tendrá la decisión sobre estas ideas.

Antes del encuentro cinco cardenales le pidieron a Francisco a través de una carta abierta a los fieles que reafirme la doctrina católica sobre el tratamiento de parejas homosexuales y la ordenación de mujeres.

En su respuesta, el pontífice de 86 años pareció sugerir una vía para la bendición de parejas del mismo sexo por parte de los clérigos, algo no reconocido por la Santa Sede pero que se practica en países como Alemania y Bélgica.

Aunque insiste en que la Iglesia solo reconoce el matrimonio entre hombre y mujer, el papa dijo que “no podemos ser jueces que solo niegan, rechazan y excluyen”.

“La prudencia pastoral debe discernir adecuadamente si hay formas de bendición, solicitada por una o más personas, que no conllevan un concepto equivocado del matrimonio”, escribió.

“No estamos aquí para llevar a cabo una reunión parlamentaria o un plan de reforma” sino para “caminar juntos”, señaló el Sumo Pontífice, advirtiendo contra “algunas tentaciones peligrosas: ser una Iglesia rígida, que se arma contra el mundo y mira hacia atrás; ser una Iglesia apática, que se somete a las modas del mundo; ser una Iglesia cansada, replegada en sí misma”.

Esta será la primera vez que monjas y mujeres laicas podrán participar e incluso votar.

Una segunda sesión de la asamblea está programada para octubre de 2024, con lo cual no se esperan decisiones concretas rápidamente. (I)