Los máximos de mortalidad por coronavirus en lo que va de año han obligado a las autoridades rusas a reinstaurar el teletrabajo en Moscú, epicentro de la pandemia, mientras la obligatoriedad de vacunarse para el sector servicios y ciertos grupos de riesgo se extiende por el resto del país.

A partir del lunes, los empresarios moscovitas deberán obligar a trabajar desde casa a una tercera parte de sus empleados, como mínimo, además de a todos los mayores de 65 años, embarazadas y diabéticos.

Esta medida que había sido levantada en enero ante la reducción de los positivos, no afectará a los ya vacunados. Además, serán eximidos aquellos miembros de las plantillas cuyo trabajo es vital para el funcionamiento de dichas empresas.

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Desde el pasado 8 de junio Rusia vive un incremento diario, tanto en el número de contagios como en el de decesos por COVID-19, cifras que no se veían desde finales de 2020.

Según informaron el sábado las autoridades, Rusia ha registrado 619 muertos por COVID-19 en las últimas 24 horas, un nuevo récord mortal en lo que va de año.

Por primera vez, la segunda ciudad del país, San Petersburgo, sumó más decesos por coronavirus, 107, que la capital, que no llegó al centenar, al quedar en 96.

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Con todo, las autoridades de la antigua capital zarista no cancelaron ayer la tradicional fiesta de los graduados durante las noches blancas, a la que acudieron decenas de miles de personas, la mayoría sin mascarilla, según se puede ver en las imágenes de la prensa local.

Algunos médicos llamaron a cancelar todos los actos públicos, incluida la Eurocopa -San Petersburgo acogió seis partidos de la primera fase y el 2 de julio, uno de los cuartos de final-, pero las autoridades niegan que el fútbol y la llegada de varios miles de aficionados extranjeros sea el responsable del repunte de casos.

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Además, los positivos a nivel nacional ascendieron a 21.665, de ellos 8.457 en Moscú. Rusia suma ya 5′430.753 positivos -el quinto país del mundo en esa categoría tras EE. UU., India, Brasil y Francia- y 132.683 muertes por COVID-19, aunque fuentes independientes multiplican por dos y tres las cifras oficiales.

Rusos en fila esperan recibir una inyección de la vacuna rusa Sputnik V contra COVID-19 en el punto de vacunación del centro comercial Solaris de Moscú , Rusia. Foto: EFE

Aunque el presidente ruso, Vladímir Putin, se mostró contrario a la vacunación obligatoria, el Ayuntamiento de la capital ya decretó la obligatoriedad de vacunarse para al menos el 60 % de los empleados del sector servicios. En caso de que la pandemia no amaine, el siguiente paso sería ya un nuevo confinamiento.

Ante el agravamiento de la tercera ola, se le han sumado en los últimos días otras regiones. La jefa sanitaria rusa, Anna Popova, aseguró que ya son diez las regiones donde la vacunación es obligatoria para ciertos “grupos profesionales de riesgo”.

Por ejemplo, el gobernador de San Petersburgo, Alexandr Beglov, ha introducido la vacunación obligatoria para el 65 % del personal de empresas estatales hasta el 15 de agosto.

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Popova añadió que el lunes, dependiendo de la situación sanitaria y epidémica, se decidirá si otras regiones adoptan también dichas medidas.

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Por sector servicios se entiende desde centros comerciales a hoteles, transporte público, taxis, servicios educativos y sanitarios, cines, teatros o instalaciones deportivas.

A su vez, el ministro de Sanidad, Mijaíl Murashko, anunció el viernes la autorización de la vacunación a las embarazadas con el preparado ruso Sputnik V.

Ante las informaciones sobre la hospitalización de enfermos que ya se habían vacunado con Sputnik V, el Gobierno ha animado a inocularse el preparado anticovid por segunda vez para aquellos que lo hicieron hace más de seis meses. (I)