Los duques de Cambridge, Guillermo y Catalina, se encuentran por estos días en Belice, como parte de una visita oficial al Caribe y el Atlántico, para reforzar las relaciones británicas con países de la zona.
La visita de los duques a Belice es la primera de algún miembro de la familia real británica desde 2012, cuando el príncipe Enrique visitó el país como parte del Jubileo de plata de Isabel II. En esta ocasión la visita de Guillermo y Catalina coincide con la celebración del Jubileo de platino de la monarca.
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Los duques también visitarán Jamaica y las Bahamas. Estos dos países así como Belice fueron en el pasado colonias británicas y, aunque se independizaron hace décadas, Isabel II sigue ostentando la jefatura de Estado.
Tras la conversión de Barbados a república, en noviembre pasado, Isabel II aun es Jefa de Estado de 15 de los 54 países de los cinco continentes que forman la Mancomunidad de Naciones o Commonwealth, anteriormente denominada Mancomunidad Británica de Naciones (British Commonwealth of Nations).
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Inicios coloniales
El origen de esta mancomunidad se remonta a los últimos años del imperio británico, cuando se constituyó como una asociación de Estados que hasta esos años habían estado bajo dominio británico, como Canadá, Australia o la India, detalla el British Council.
A principios del siglo XIX, la política imperial británica comenzó a suavizarse bajo la presión de una mayor autodeterminación. Después de que algunos países comenzaron a obtener cierto nivel de libertad de Reino Unido, se los conoció como ‘dominios’ y los líderes de los dominios asistieron a conferencias a partir de 1887.
Canadá fue el primero en obtener el autogobierno (en la década de 1840) y también el primero en convertirse en un ‘dominio’ (1867).
El estatus de ‘dominio’, que permitía el autogobierno y una amplia independencia en los asuntos exteriores, cambió fundamentalmente la relación entre la colonia y el poder imperial. Al parecer fue con este espíritu que el político británico Lord Rosebery, de visita en Adelaida, Australia, en 1884, llamó al imperio una “mancomunidad de naciones”.
Australia alcanzó el estado de ‘dominio’ cuando sus estados se unieron como la Mancomunidad de Australia en 1901. Nueva Zelanda siguió en 1907, Sudáfrica en 1910 y el Estado Libre de Irlanda en 1921. Los cinco dominios y la India tenían su propia representación en la Sociedad de Naciones, el precursor de la ONU.
Gran Bretaña y los dominios se caracterizaron en el Informe Balfour de 1926 como comunidades autónomas dentro del Imperio Británico, iguales en estatus, de ninguna manera subordinadas unas a otras en ningún aspecto de sus asuntos internos o externos, aunque unidas por una lealtad común a la Corona, y libremente asociados como miembros de la British Commonwealth of Nations.
El Estatuto de Westminster, aprobado por el parlamento del Reino Unido en 1931, reconoció legalmente la independencia de facto de los dominios.
Los parlamentos de Canadá, Sudáfrica y el Estado Libre de Irlanda aprobaron rápidamente la legislación que promulga el estatuto. Australia lo adoptó en 1942 y Nueva Zelanda en 1947. Terranova renunció a su estado de dominio y se incorporó a Canadá en 1949.
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Actual mancomunidad
No fue hasta 1949, con la Declaración de Londres, que los países miembros de la Commonwealth ya no estaban obligados a tener al monarca británico como Jefe de Estado. Esta decisión se tomó después de que India, que se unió a la Commonwealth en 1947, declaró que se convertiría en una república, pero quería permanecer en la mancomunidad.
La asociación eliminó “británico” de su título, convirtiéndose en la Commonwealth of Nations (Mancomunidad de Naciones), y sus países miembros debían reconocer al monarca reinante, entonces el rey Jorge VI, como Jefe de la Commonwealth, en lugar de su Jefe de Estado.
La Commonwealth pasó a ser un organismo basado en la cooperación voluntaria e igualitaria entre miembros muy distintos, como Ruanda y Mozambique, dos de sus últimas incorporaciones.
La integración a la Commonwealth es voluntaria y no implica sumisión a la monarquía británica. En total, los 54 países que la conforman reúnen 2.500 millones de personas (casi una tercera parte de la población mundial) e incluye tanto economías avanzadas como países en desarrollo.
En la actualidad la Commonwealth está presidida por Isabel II, cargo simbólico que heredó de su padre, Jorge VI, aunque no es necesario que este rol recaiga en un miembro de la familia real ni tampoco en un ciudadano británico, ya que los Estados miembros son libres de nominar al futuro jefe de la organización.
Al no ser un cargo hereditario, la soberana británica sugirió en 2018 a los dirigentes de la mancomunidad que escoja al príncipe Carlos como su sucesor, pedido que fue acogido. (I)