La detención y posterior muerte de Mahsa Amini, una mujer de 22 años sometida por la Policía de moralidad por usar el “hiyab inadecuado”, desató una serie de protestas en el país persa. Las manifestaciones comenzaron a mediados de septiembre y, hasta ahora, se contabilizan 92 muertos y cientos de heridos, según Iran Human Rights (IHR).

Miles de iraníes, al grito de “Mujeres, vida, libertad”, se han pronunciado estas semanas en respuesta a la tragedia que trascendió globalmente, mientras que mujeres en todo al mundo han quemado sus velos en señal de protesta en contra de las políticas represivas del gobierno iraní.

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Las manifestaciones también han llegado a las redes sociales, donde usuarios comparten videos en vivo de las protestas. Una usuaria en Twitter escribió: “Desde #Beirut hasta #Teherán e #Irán: hoy, mujeres y hombres apoyan las protestas en curso en Irán, en solidaridad con #MahsaAmini pero también con todas las valientes mujeres de #Irán en su lucha contra la República Islámica”.

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El gobierno de Irán, al mando de Ebrahim Raisi, calificó a las protestas como una “conspiración” de potencias internacionales que pretenden desestabilizar al país, en especial Estados Unidos y sus aliados. “Cuando la República Islámica estaba superando los problemas económicos para volverse más activa en la región y en el mundo, los enemigos entraron al juego con la intención de aislar al país, pero fracasaron en esta conspiración”, dijo el presidente en Teherán este domingo.

Las autoridades iraníes, a pesar de la presión internacional, se niegan a aceptar cualquier implicación de la Policía en la muerte de Mahsa Amini. Además, se producen continuos bloqueos de servicios en línea, como WhatsApp e Instagram, con lo que se dificulta la comunicación.

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Mahmud Amiry-Moghaddam, director de Iran Human Rights, llamó la atención de las fuerzas exteriores, asegurando que “la comunidad internacional tiene el deber de investigar y de impedir que otros crímenes sean cometidos por la República Islámica”. La ONG contabilizó además 41 personas muertas en enfrentamientos el viernes en Zahedán, en el sureste de Irán, en una región fronteriza con Afganistán y Pakistán, citando fuentes locales, aunque no está claro hasta qué punto estos incidentes están relacionados con la muerte de Amini.

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“Los asesinatos de manifestantes en Irán, en particular en Zahedán, constituyen un crimen contra la humanidad”, declaró el director de IHR.

(I)

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