El primer ministro británico, Keir Starmer, dijo este lunes que quiere cerrar todos los hoteles de solicitantes de asilo en el Reino Unido “lo antes posible”, ante los litigios legales y las protestas generadas en las últimas semanas sobre este sistema de migración.
“Entiendo por qué la gente quiere cerrar los hoteles (de solicitantes de asilo). Yo también quiero cerrarlos. Trabajaré con mi equipo para cerrarlos tan rápido como sea posible”, dijo hoy el jefe del Gobierno británico en declaraciones exclusivas a BBC Radio 5 Live.
En cambio, Starmer indicó que la única forma de “vaciar” los hoteles es hacerlo de forma “ordenada, sistemática y trabajando sobre los casos tan rápido como se pueda” y después deportando a aquellas personas que no tienen derecho a estar en el Reino Unido.
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Al ser preguntado sobre una fecha tentativa para cumplir este objetivo, el ‘premier’ británico expresó su intención de “adelantar” los plazos fijados actualmente, que preveían el cierre de los hoteles de acogida de migrantes antes de 2029, con el final de la legislatura actual.
La migración ilegal y la lucha contra las bandas de tráfico de migrantes en el Canal de la Mancha es uno de los puntos centrales de la hoja de ruta del Gobierno laborista, que, según Starmer, inició este lunes su “segunda fase”.
Del mismo modo, aseveró que la migración es “un problema realmente serio” y reiteró su objetivo de “controlar las fronteras” del país lidiando con las personas que cruzan al Reino Unido de manera ilegal, con los hoteles de solicitantes de asilo o con las deportaciones, que bajo el Ejecutivo de Starmer han alcanzado las 35.000.
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El pasado 19 de agosto, el Tribunal Superior de Inglaterra y Gales falló a favor del Ayuntamiento de Epping Forest (al norte de Londres) y ordenó desalojar antes del 12 de septiembre el hotel Bell de la localidad, donde se alojan más de un centenar de solicitantes de asilo y que ha sido centro de protestas después de que uno de los inquilinos fuese acusado de una presunta agresión sexual.
Sin embargo, este fallo judicial, que podría haber causado un ‘efecto rebote’ en otras localidades del país, fue revocado el pasado viernes después de que el Ministerio del Interior británico ganase un recurso en el Tribunal de Apelación de Inglaterra y Gales que paralizó el desalojo del hotel de Epping.
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La polémica alrededor de los hoteles de solicitantes de asilo ha avivado, asimismo, una tendencia a lo largo de todo el país respaldada principalmente por figuras de la extrema derecha, que han sacado a las calles la bandera de Inglaterra, con la cruz roja de San Jorge sobre fondo blanco, como símbolo de la “pureza” británica.
Al respecto, Starmer se definió en BBC Radio 5 Live como alguien “partidario de las banderas”, si bien dijo que no estaba de acuerdo con el uso de los símbolos nacionales de manera “divisiva” y “devaluada”. (I)