A 48 horas de la fecha límite para la retirada de Afganistán, el secretario de Estado Antony Blinken ha dicho que “están trabajando incansablemente” para evacuar a los estadounidenses que quieren salir del país.
Se trata de unas 250 personas, precisó un funcionario de la diplomacia estadounidense.
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Otros 280 que se presentan como estadounidenses aún no han decidido si quieren irse, agregó.
Unas 114.400 personas, incluidos casi 5.500 ciudadanos estadounidenses, han sido evacuadas de Afganistán por un gigantesco puente aéreo desde el 14 de agosto, víspera de la captura de Kabul por los talibanes.
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Quienes eligieron permanecer en el país “no se quedarán atrapados en Afganistán”, dijo a Fox el asesor de seguridad nacional de Joe Biden, Jake Sullivan, sin especificar cuántos son.
“Nos aseguraremos de tener un mecanismo para sacarlos del país si quieren regresar en el futuro”, dijo, y agregó que “los talibanes se han comprometido” a ello.
No obstante, en el país las oportunidades para los miles de afganos que intentan salir de Kabul están a punto de expirar; varios países han detenido ya sus vuelos de evacuación, recoge Efe.
“La evacuación ya prácticamente terminó, Estados Unidos en estos momentos solo está evacuando a sus ciudadanos, son los únicos a los que se les permite entrar al aeropuerto, así que los afganos no pueden entrar a las instalaciones tras el atentado del jueves”, dijo el director de la Organización de Asistencia a Migrantes de Afganistán, Abdul Ghafoor.
Respecto al ataque estadounidense del sábado en represalia por el atentado del jueves, que mató a más de 100 personas, incluidos 13 soldados de su país, Sullivan afirmó que los blancos de ese bombardeo, dos de los cuales murieron y uno resultó herido, “eran operadores y organizadores involucrados en el transporte y la fabricación de artefactos explosivos”.
Estos objetivos pertenecían al grupo Estado Islámico, cuya rama en Khorasan (EI-K) se atribuyó la responsabilidad del atentado del jueves.
Aun después de la masacre en el aeropuerto, que dejó decenas de cadáveres en las calles, cientos de personas acuden a la terminal, donde todavía pesan alertas por nuevas amenazas de ataques terroristas.
El presidente Joe Biden y su esposa, Jill, viajaron este domingo a la base en Dover, Delaware, para la ceremonia fúnebre en honor a los trece soldados muertos en Kabul, refiere AFP.
En tanto, la gestión caótica de esta evacuación y el alto precio del atentado del jueves, que representa el ataque más mortífero contra las fuerzas del Pentágono desde 2011 en Afganistán, han sacudido la presidencia de Biden.
“Esta es una de las peores decisiones de política exterior en la historia de Estados Unidos”, apuntó el influyente líder senatorial republicano Mitch McConnell.
“Mucho peor que Saigón”, añadió. La caída de esta ciudad al final de la guerra de Vietnam en 1975 sigue siendo un recuerdo muy doloroso en Estados Unidos.
“Cuando salimos de Saigón, no quedaban terroristas vietnamitas que planearan atacarnos aquí en nuestro suelo”, dijo McConnell, quien ya estaba en contra de la retirada negociada en 2020 por el entonces mandatario republicano Donald Trump con los talibanes.
Ben Sasse, otro senador republicano, no pudo disimular su enojo con el presidente demócrata este domingo en una entrevista en ABC.
“Biden puso en peligro a nuestras tropas porque no tenía un plan de evacuación”, acusó. “Estamos en peligro porque el presidente fue increíblemente débil al abandonar la base de Bagram” en julio, hasta entonces el centro neurálgico de las operaciones de la coalición internacional, 50 kilómetros al norte de Kabul. (I)