La realeza europea vuelve a vestirse de luto tras la repentina muerte del príncipe Harald von Hohenzollern, de 63 años, empresario del sector de los diamantes y descendiente de una de las casas reales más antiguas de Alemania.
Su fallecimiento, a causa de un paro cardiaco, fue confirmado este martes 1 de julio por su esposa, la princesa Josefa von Hohenzollern, a través de un comunicado difundido en su cuenta de Instagram.
“Mi amado esposo, Harald, falleció de manera completamente inesperada debido a una muerte súbita cardiaca. Esta pérdida me golpea profundamente. Necesito tiempo para llorar, despedirme y estar presente para nuestro hijo que está por nacer”, escribió la princesa, que se encuentra embarazada de nueve meses.
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Josefa, una figura muy conocida en Baviera, fue alcaldesa de Kollnburg durante dos mandatos, ganándose el apodo de “la alcaldesa cantante” por su participación en festivales.
La política conoció a Harald en 2022, durante una feria comercial en Stuttgart, y pronto iniciaron una relación que culminó en una boda en septiembre de 2024, en la iglesia de San Ulrich, en su tierra natal.
Con la muerte de su esposo, Josefa anunció que tomará un paso atrás en la campaña para su candidatura a la Alcaldía de Leonberg y en las redes sociales.
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“Espero su comprensión durante este tiempo libre y gracias desde el fondo de mi corazón en este momento por sus condolencias y apoyo”, escribió.
Harald von Hohenzollern pertenecía a la línea Hohenzollern-Emden, una rama secundaria del célebre linaje que gobernó Prusia y el Imperio alemán hasta la abolición de la monarquía en 1918.
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Aunque nunca asumió un rol político ni representativo, su apellido cargaba un peso simbólico dentro de la nobleza alemana. Harald mantuvo siempre un bajo perfil, dedicado por completo a su negocio de diamantes en África austral. (I)