El cierre del gobierno de Estados Unidos entró en vigor este miércoles, luego de que republicanos y demócratas no lograran un acuerdo para aprobar el proyecto de ley de gastos del gobierno del presidente Donald Trump.

Se trata del primer cierre federal en casi siete años y podría paralizar temporalmente algunos servicios del gobierno estadounidense, aunque no todos.

Si bien las confrontaciones presupuestarias son comunes en la política del país, esta disputa por el gasto es tensa porque Trump ha dedicado los últimos nueve meses a recortar drásticamente el tamaño del gobierno nacional.

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“Podemos hacer cosas durante el cierre que son irreversibles, malas e irreversibles para ellos [los demócratas], como dejar sin empleo a un gran número de personas, recortar programas que les gustan”, dijo el mandatario al ser consultado sobre la posibilidad de que no se llegara a un acuerdo en el Congreso.

En la mañana del martes, horas antes de que se iniciara la cuenta regresiva para la aprobación de la financiación en el Senado, un periodista le preguntó cuántos empleados federales planeaba despedir si no se evitaba el cierre del gobierno.

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“Bueno, podríamos hacer mucho”, respondió.

Trump responsabilizó a los demócratas y alegó que quieren que entren más personas de forma ilegal en Estados Unidos.

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El jefe de presupuesto de la Casa Blanca, Russ Vought, distribuyó recientemente un memorando que explicaba cómo el gobierno Trump planeaba utilizar el cierre para hacer nuevas reducciones a largo plazo en el gasto federal y las listas de empleo.

Foto: Getty Images

Los puestos y programas gubernamentales considerados “no esenciales” durante el cierre se finalizarán permanentemente, lo que amplía los recortes efectuados por el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) a principios de este año, bajo la dirección de Elon Musk.

Sin embargo, los líderes demócratas parecen creer que las amenazas son un engaño o una táctica de negociación.

El líder de los demócratas en el Senado, Chuck Schumer, calificó el memorando como un “intento de intimidación”.

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“Donald Trump ha estado despidiendo a empleados federales desde el primer día, no para gobernar, sino para asustar”, declaró Schumer. “Esto no es nada nuevo y no tiene nada que ver con la financiación del gobierno”.

La Casa Blanca había lanzado en su página web la cuenta regresiva para el cierre, que una vez vencido el plazo ha sido reemplazado por un temporizador que ahora registra por cuánto tiempo permanecerá cerrado el gobierno.

“Los demócratas han cerrado el gobierno”, se lee en el sitio web de la Casa Blanca.

Cierres del gobierno de EE.UU. desde 1980

Duración de cada déficit de financiación en días

Ante ello, el congresista demócrata Joe Morelle dijo estar “profundamente frustrado” y aseguró que el cierre es el resultado directo de “una administración brutal e incompetente”.

Su compañero de partido, el congresista Bill Foster contestó con un comunicado subrayando que los responsables son los republicanos, ya que controlan la Cámara de Representantes, el Senado y la Casa Blanca.

Y agregó que las familias de todo el país “seguirán pagando el precio” a menos que los republicanos se sienten a negociar.

Eso mismo argumentaron desde el lado republicano. “Los cierres de gobierno son estúpidos”, dijo en esa línea el congresista Dusty Johnson, añadiendo que “ponen en riesgo los sueldos de los estadounidenses”.

Los republicanos controlan ambas cámaras del Congreso, pero en el Senado se requieren 60 votos para aprobar el proyecto de ley de financiamiento.

Aunque nadie parece tener claro cuáles serán las consecuencias de un cierre temporal del gobierno federal, ¿qué implicará para los empleados públicos y qué servicios podrían verse afectados?

¿Qué áreas del gobierno podrían cerrarse?

Los corresponsales de la BBC Anthony Zurcher y James FitzGerald explican que no todo el gobierno cerrará.

Se espera que la patrulla fronteriza, la atención médica hospitalaria, las fuerzas del orden y el control del tráfico aéreo continúen operando durante el paro.

Aunque los cheques de la seguridad social y Medicare se seguirán enviando, la verificación de beneficios y la emisión de tarjetas podrían suspenderse.

Durante un cierre, por lo general los trabajadores esenciales continúan con normalidad —algunos de ellos sin sueldo de momento—, pero los empleados gubernamentales considerados no esenciales reciben una licencia temporal sin sueldo.

En ocasiones anteriores estos trabajadores recibíeron su salario de forma retroactiva.

Se espera que servicios como el programa de asistencia alimentaria, la educación preescolar financiada con fondos federales, la emisión de préstamos estudiantiles, las inspecciones de alimentos y las operaciones en los parques nacionales se vean restringidos o cerrados.

Foto: Getty Images

La periodista de BBC News Nadine Yousif asistió a una llamada con expertos del Centro de Política Bipartidista de Washington, una institución especializada en analizar la política estadounidense, para explicar cómo funcionarán las principales agencias durante el cierre.

Los especialistas dijeron que algunas agencias no han presentado planes de contingencia, como el Departamento de Energía, la NASA, Vivienda y Desarrollo Urbano y la Fundación Nacional de Ciencias.

Adelantaron que habrá una interrupción mínima en el programa de seguro médico Medicare para jubilados y en el de Medicaid para personas de bajos ingresos. Estos planes cuentan con su propia financiación para el pago de beneficios.

A pesar de ello, los expertos prevén que ambos programas podrían experimentar dificultades administrativas, al igual que los centros de salud comunitarios y servicios como la atención domiciliaria.

Además, señalaron que Estados Unidos se adentra en un nuevo territorio.

Con la fuerza laboral federal ya reducida significativamente bajo el gobierno de Trump, este cierre podría acarrear más interrupciones y retrasos.

¿Qué exige cada partido?

En cuanto a las demandas sustanciales de cada bando, los republicanos buscan una extensión a corto plazo de los niveles actuales de gasto, lo que implica aplazar la decisión legislativa.

Están satisfechos con el hecho de que el gobierno de Trump haya implementado recortes de gasto por su cuenta, sin la ayuda de los legisladores del Congreso.

Pero los demócratas exigen que esta práctica termine. Se preguntan qué sentido tiene negociar acuerdos sobre el nivel de gasto si Trump simplemente los ignorará.

También quieren un acuerdo firme para renovar los subsidios gubernamentales al seguro médico para personas de bajos ingresos, que vencen a finales de año, una exigencia que los republicanos se muestran reacios a aceptar.

Los créditos fiscales que abaratan el seguro médico para millones de estadounidenses están a punto de expirar.

Además, los demócratas exigen que se reviertan los recortes a Medicaid implementados por Trump.

También se oponen a los recortes de gastos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y los Institutos Nacionales de la Salud (NIH).

Foto: Getty Images

unque estas son las posturas de negociación de ambos bandos, las disputas por el cierre gubernamental van más allá y son un asunto político.

Los republicanos creen tener la ventaja y, junto a Trump, afirman ser la parte razonable en la discusión.

Dicen que son ellos quienes simplemente quieren ganar más tiempo para negociar sin las consecuencias adversas de un cierre.

Por supuesto, los demócratas no lo ven así.

La corresponsal de la BBC Ana Faguy informó que si algo queda claro al hablar con funcionarios del Congreso, sus equipos y otros miembros de la prensa, es que demócratas y republicanos no se comunican entre ellos, sino que hablan unos en contra de otros.

La retórica se mantiene prácticamente igual. Ambas partes se culpan mutuamente.

Desde 1980, el gobierno estadounidense ha cerrado 15 veces.

El mandatario republicano Ronald Reagan afrontó ocho cierres durante su presidencia en la década de 1980, aunque todos duraron pocos días.

Con el tiempo, los cierres se volvieron menos frecuentes y más espaciados, hasta que se registró un récord de 35 días a finales de 2018, el cierre más largo de la historia, durante el primer mandato de Trump.

Aquel fue uno de los tres cierres que el presidente enfrentó durante su primer gobierno.

* Con información del equipo de corresponsales de BBC News en Norteamérica.