Hong Kong anunció este lunes que prohibirá todos los vuelos procedentes del Reino Unido a partir del 1 de julio para frenar la variante delta del coronavirus. Al igual que el Gobierno chino, el de España informó que volverá a exigir un test negativo del virus a los turistas británicos, y el de Portugal dijo que obligará a mantener una cuarentena a los que no estén totalmente vacunados.

“Todos los vuelos de pasajeros procedentes del Reino Unido tendrán prohibido el aterrizaje en Hong Kong”, indicó en un comunicado del Gobierno chino en plena propagación en el mundo de la variante, que es responsable de un freno en la apertura en países impacientes por volver a la normalidad.

El Reino Unido estará ahora en la categoría de países de “riesgo extremadamente alto”, la calificación más alta en la lucha contra la pandemia, indicaron las autoridades.

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Las nuevas medidas por la variante delta, detectada por primera vez en India, restringirán el embarque en vuelos de pasajeros con destino a Hong Kong a aquellas personas que hayan permanecido en el Reino Unido durante más de dos horas.

Las autoridades explican las nuevas medidas por el “reciente repunte” de la epidemia y la “amplia difusión de la variante delta” en el Reino Unido.

El Gobierno de Hong Kong explicó que la ciudad también registró varios casos de la variante L452R, una mutación vinculada a la delta, en personas llegadas del Reino Unido.

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El territorio confirmó la semana pasada su primer caso local de COVID-19 relacionado con la variante delta, lo que puso fin a 16 días seguidos sin casos locales.

Hong Kong ya prohibió vuelos procedentes de varios países por el aumento de casos y la importancia de la variante delta, entre ellos, Filipinas, Indonesia, India, Nepal y Pakistán.

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Por su parte, en España, ante la “evolución negativa” de los contagios en Reino Unido, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, anunció que los turistas británicos necesitarán “o la vacunación de pauta completa o una PCR negativa”.

Australia había hasta ahora controlado bien la propagación del COVID-19, pero vive ahora un aumento del número de personas infectadas con la variante delta. Foto: EFE

Sánchez señaló que la medida era para los británicos que viajen a Baleares, pero posteriormente la ministra de Exteriores, Arancha González, aclaró en Twitter que la medida abarca a todos los turistas que vengan de Reino Unido a visitar cualquier lugar de España, refiere AFP.

En Portugal, que impuso que los viajeros británicos que no estén totalmente vacunados tengan que mantener una cuarentena a su llegada, la medida estará en vigor al menos hasta el 11 de julio.

Para intentar contener la variante delta, identificada por primera vez en India y que se considera muy contagiosa, las autoridades portuguesas restablecieron restricciones sanitarias en los municipios más afectados, entre ellos, Lisboa y la turística zona de Albufeira, en el Algarve.

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La variante delta está presente en al menos 85 países, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), desatando temores de nuevas olas pandémicas pese a las campañas de vacunación, recoge EFE.

La variante obligó a algunos países a revisar sus estrategias, con medidas reforzadas o el aplazamiento del levantamiento de restricciones.

En tanto, Rusia impuso este lunes nuevas restricciones para detener el furioso avance del coronavirus, que ha provocado récords de muertes en sus dos principales ciudades golpeadas por la variante delta.

Tanto Moscú, con 124 decesos en las últimas horas, como San Petersburgo, con 110, superaron este lunes sus respectivas marcas diarias de fallecidos por el virus que habían alcanzado durante el fin de semana (114 y 107, respectivamente).

Impactada por la llegada de la variante delta, Rusia sufre una aceleración de la pandemia desde hace semanas. Con casi 134.000 fallecidos y más de 5,4 millones de contagios, según el balance oficial, es el país europeo más enlutado. La agencia de estadísticas Rosstat, por su parte, contabiliza 270.000 muertos hasta fines de abril.

El aumento de casos se da a pesar de la aplicación progresiva de medidas restrictivas, como la vuelta al teletrabajo obligatorio para una parte de la población, la vacunación obligatoria para empleados del sector de servicios o la creación de un pase sanitario para ir a restaurantes a partir de este lunes.

Pero un confinamiento general, como el que se aplicó a inicios de 2020, no está contemplado actualmente en esta ciudad de doce millones de habitantes.

Al igual que en Rusia, el aumento de contagios de coronavirus en diferentes ciudades de Australia obligó a las autoridades a imponer nuestras restricciones en algunas regiones de la inmensa isla.

Hasta ahora, Australia había controlado bien la propagación del COVID-19, pero vive ahora un aumento del número de personas infectadas, sobre todo en cuatro grandes ciudades: Brisbane, Darwin, Sídney y Perth. En las cuatro se registraron casos de la variante delta.

El virus se propagó debido a fallos en las cuarentenas de unas 40 personas procedentes del extranjero, que extendieron el virus. (I)