“Quererse no tiene horario ni fecha en el calendario cuando las ganas se juntan”. La famosa canción Caballo Viejo, del maestro venezolano Simón Díaz, puede perfectamente ser el hilo musical de esta historia de amor que surgió entre una mujer y un hombre en la que ella le lleva 30 años.

La edad no fue impedimento para enamorarse. Ella estaba soltera y a sus hijos les cayó muy bien el chico que hacía feliz a su madre. La mujer es Deborah Babu, una estadounidense, a la que la vida le cambió, al sorprenderla con el amor, durante un viaje a Tanzania, en la lejana África.

“Dios me mandó a este muchacho tan bueno”: la historia de amor entre una locutora de 70 años y un joven fan de 27, nació en la radio y todo Paraguay siguió “la boda del año”

Cómo se conocieron en Tanzania

Fue, sin exagerar, un amor a primera vista. Deborah, de Sacramento, California, viajó con su hija, llamada Royce, a Tanzania en octubre de 2017. De paseo a la plaza de Zanzíbar se toparon con Saitoty, quien vendía souvenirs, narra La Nación.

Publicidad

Ambas respondieron que no querían, cuando en realidad no tenían dinero. Pero Deborah, “una oficinal de policía jubilada, le preguntó a aquel joven si podía tomarse una fotografía con él, dado que jamás tuvo un encuentro con un guerrero de la tribu Masái”.

En ese momento, Cupido movió sus hilos. Él confiesa que al conocerla, sintió que había “visto un ángel”.

Deborah y Saitoty intercambiaron números de teléfonos. Ella era consciente de la edad que ambos tenían y hoy, a sus 60 años, admite que molesta cuando preguntan si son abuela y nieto.

Publicidad

Yo era una mujer feliz y soltera y no me parecía correcto salir con alguien 30 años más joven.

Deborah Babu a The Sun

El destino había hecho lo suyo. Él llegó al hotel para verla y seguir conversando. Además, cuando Deborah y su hija continuaron el viaje, Saitoty las siguió a Jambiani, su siguiente destino en Tanzania.

De regreso a Estados Unidos

Dos semanas más tarde, para Deborah y Royce terminó el viaje. Volvieron a Estados Unidos, pero la relación continuó.

Publicidad

Las 12 horas de diferencia no enfriaron la relación. Se hablaban constantemente y los otros dos hijos de la mujer conocieron, por FaceTime, al pretendiente de su madre. También ellos le dieron el visto bueno a la relación, cuenta La Nación.

Alentada por los hijos, pero inspirada en el amor, volvió a Tanzania, donde Saitoty, a fines de diciembre de 2017, la sorprendió con la propuesta de matrimonio. Ella dijo ‘sí’, señala The Sun.

La boda Maasai se hizo en junio de 2018, fue una ceremonia tradicional; luego la pareja tuvo un enlace legal en julio de 2022.

La vida a Deborah, de 60 años le cambió radicalmente. Deborah vive a 9.000 millas (unos 15.000 km) de su anterior casa. “Ahora usa su nombre maasai Nashipai, vive con Saitoty y su familia en Ubena, Tanzania”, y lo principal: está feliz.

Publicidad

“Ni lo adopté, ni soy la abuela”

“La gente pregunta si lo adopté o si soy su abuela, lo que puede molestar a Saitoty”, reconoce Deborah.

Las críticas no han faltado… ”Saitoty ha sido acusado de estar conmigo solo por una tarjeta verde, lo cual duele, porque sé lo poco que desea vivir en Estados Unidos”, dice la mujer.

Saitoty está enamorado: “Ella es hermosa y amable y me apoya. Estoy orgulloso de nuestro matrimonio”.

“Realmente me duele ver comentarios malos (…)”, dice el hombre, que se dedicó a la ganadería. Ante el sarcasmo reflexiona: “Ella derritió mi corazón. La edad es solo un número y no detiene el amor y el cuidado que le tengo a mi esposa”.

(I)

Te recomendamos estas noticias