“Realmente espero que dentro de unos años, cuando todo haya cambiado, me alegre de haber participado en esta protesta”, dijo Hadis Najafi, una iraní de 22 años, en un video que grabó con su teléfono antes de salir a la calle. Poco después murió.

Najafi fue asesinada cuando participaba en una protesta callejera el 21 de septiembre en Karaj, a las afueras de Teherán.

Según Amnistía Internacional, las fuerzas de seguridad le dispararon varias veces a quemarropa, lo que le provocó heridas de perdigones en la cara, el cuello y el pecho.

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Najafi es una de las decenas de mujeres y hombres que, según los grupos de derechos humanos, han muerto en todo el país en la represión de las fuerzas de seguridad iraníes contra las protestas que estallaron tras la muerte de Mahsa Amini, que había sido detenida por la policía de la moral.

Las protestas han roto tabúes en Irán, con consignas contra el régimen y mujeres que se quitan el velo.

La hermana de Najafi mostró en un video la mochila, cubierta de sangre, que recuperó después de que le dispararan.

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“Fue gracias a Mahsa Amini que se puso de pie y salió”, dijo. “Hemos perdido a Hadis y no tenemos miedo de nada”.

Su madre añadió: “Mi hija fue asesinada por el hiyab, por Mahsa Amini. Perdió su vida por Mahsa. Quería mantener vivo el nombre de Mahsa”.

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Más de 90 muertos

La organización Iran Human Rights (IHR), con sede en Noruega, afirma que más de 90 personas han muerto en la represión, entre ellas siete mujeres, mientras que Amnistía dijo haber confirmado 52 nombres de fallecidos, entre ellos cinco mujeres, una niña y cinco niños.

Las mujeres que murieron no tenían experiencia previa en el activismo político y, según sus familiares, salieron a la calle por un movimiento que creían que ofrecía un atisbo de esperanza.

Iraníes participan durante una manifestación progubernamental contra las recientes protestas antigubernamentales en Irán, en el norte de Teherán, Irán, 05 de octubre de 2022. Irán se ha enfrentado numerosas protestas antigubernamentales tras la muerte de Mahsa Amini. Foto: ABEDIN TAHERKENAREH

“Sin ninguna duda hubo asesinatos. Ni siquiera esperaron a que hubiera un movimiento fuera de control para disparar”, dijo a la AFP Roya Boroumand, directora ejecutiva del Centro Abdorrahman Boroumand, con sede en Washington.

Minoo Majidi, de 62 años, murió por un disparo de las fuerzas de seguridad durante una protesta el 20 de septiembre en la ciudad de Kermanshah, de población kurda, en el noroeste de Irán, según la oenegé Hengaw, con sede en Noruega.

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En signo de desafío, una de las hijas de Majidi posó junto a la tumba de su madre, cubierta de flores, con la cabeza descubierta, vestida de negro y con un pañuelo blanco al cuello, una imagen que se ha hecho viral.

Llevaba el pelo rapado y en su mano izquierda se podía ver un largo mechón de cabello, en un gesto de homenaje a su madre y a Mahsa Amini.

La activista iraní-belga de derechos humanos y miembro del partido Nueva Alianza Flamenca (N-VA), Darya Safai, se corta el cabello en apoyo de la mujer iraní kurda Mahsa Amini durante la sesión plenaria de la Cámara en el Parlamento Federal en Bruselas el 6 de octubre de 2022. Foto: AFP

Ghazaleh Chelavi, de 32 años, aficionada al montañismo, fue asesinada a tiros el 20 de septiembre en la ciudad de Amol, al norte del mar Caspio, según las redes sociales, que publicaron imágenes de la angustia de su familia en su funeral.

El mismo día Hannaneh Kia, de 23 años, fue asesinada en la ciudad de Nowshahr, según fuentes familiares y activistas. Amnistía informó de que dos amigas habían dicho que le habían disparado cuando volvía a casa de una visita al médico.

Según las oenegés, casi todas las víctimas murieron por disparos a corta distancia.

Sin embargo, Sarina Esmailzadeh, de tan solo 16 años, al igual que Hadis Najafi, también de Karaj, murió por golpes recibidos en la cabeza cuando las fuerzas de seguridad la golpearon con porras el 23 de septiembre, según Amnistía.

La organización denuncia que, usando una táctica frecuente, los agentes de seguridad e inteligencia iraníes han sometido a la familia de la joven a un “intenso acoso” para coaccionarla a guardar silencio.

TEHERÁN, 06/10/2022.- Una joven se hace un selfi en el popular puente Tabiat de Teherán (Irán). La muerte de Mahsa Amini ha desatado unas protestas sin precedentes por la obligatoriedad del velo en Irán, pero la discriminación de la mujer en el país persa va mucho más allá. EFE/Jaime León Foto: Jaime León

Nika Shahkarami desapareció el 20 de septiembre tras salir para participar en una protesta en Teherán, dos semanas antes de celebrar su 17 cumpleaños, escribió su tía Atash Shahkarami en las redes sociales.

Su familia pudo finalmente ver el cuerpo el 1 de octubre y tenía previsto enterrarla en su ciudad natal, Jorramabad, en la provincia de Lorestán, precisamente el día de su cumpleaños, escribió Atash Shahkarami.

Pero tanto la BBC Persa como Iran Wire informaron de que las autoridades se habían hecho con el cuerpo y lo habían enterrado en secreto el lunes en otro pueblo, para evitar un funeral que pudiera desencadenar una protesta. (I)