Cada año aparecen en el mercado automotriz nuevos carros híbridos y eléctricos de varios fabricantes en una amplia variedad de rangos de precios para diferentes públicos.
Además, en varios países se ha establecido que entre 2030 y 2040 se prohibirá la venta de autos de gasolina por motivos ecológicos, decisión comúnmente acompañada con incentivos para adquirir carros eléctricos, por lo que la popularidad de estos vehículos se mantiene en alza.
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Sin embargo, el hecho de que aumente constantemente la oferta de este tipo de autos puede jugar en contra a los propietarios de estos vehículos.
Un estudio elaborado por la empresa consultora alemana Bähr & Fess Forecasts, publicado en la revista Focus Online, demuestra que los autos eléctricos se devalúan mucho más rápido que los motores convencionales de gasolina o diésel.
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La razón principal de este fenómeno es la rapidez con la que crecen las opciones y modelos del sector eléctrico en un mercado que crece exponencialmente, al mismo tiempo que lo hace la tecnología necesaria para desarrollar su mecánica y funcionamiento.
Esta evolución impulsada por el aumento de inversión de los fabricantes en este sector hace que las tecnologías y baterías, entre otros aspectos de los vehículos eléctricos, se queden obsoletas en un periodo cada vez más corto.
Los resultados del análisis del valor residual que esta compañía presenta de manera periódica muestran que los autos de gasolina y diésel mantienen una depreciación más estable, que ronda una bajada del valor del 24,2% tras los primeros 15.000 kilómetros recorridos.
El informe destaca que los modelos híbridos enchufables consiguen mantener un valor suficiente como para competir con los de diésel, mientras que los eléctricos puros sufren de una mayor depreciación. En estos casos, los nuevos modelos avanzan tan rápido que la depreciación puede llegar a ser de más de la mitad del precio inicial del auto, casi duplicando los porcentajes relativos a los motores de combustión. (I)