La libertad financiera es un concepto que se puede relacionar a tener mucho dinero o lo suficiente para dejar de lado la rutina, renunciar al trabajo y disfrutar de unas merecidas vacaciones.

No obstante, para tener libertad financiera no es necesario que la cuenta en el banco de la persona tenga guardada una gran cantidad de dinero, ya que, básicamente se trata de armar un sistema de finanzas personales establecido que permita cubrir las necesidades diarias en el presente y en el futuro.

Este tipo de independencia entonces se define según El Economista como el estado económico en el que las personas ya no tienen preocupaciones por dinero para vivir sus vidas con normalidad. Si se llega a limitar con ser millonario, estaría mal.

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La libertad financiera es el estado económico en el que las personas ya no tienen preocupaciones por dinero. GETTY IMAGES Foto: GETTY IMAGES

Las siete etapas de la libertad financiera

Tener claridad

Este es el punto de inflexión en el que una persona empieza a buscar cómo obtener la libertad financiera. En ella, la persona suele cuestionarse sobre cuál es su lugar financieramente hablando y se plantea en dónde quiere estar.

Esta etapa también puede identificarse como de dependencia, que es ese momento en el que las finanzas son dependientes de otras personas, como por ejemplo de los padres, reseña Seguros y pensiones para todos.

Solvencia

En esta etapa, la persona es solvente o autosuficiente, por lo que puede responder por sus obligaciones financieras sin necesidad de recurrir a terceros ni endeudarse. Aquí se revisan los gastos hormigas, se procura ahorrar en servicios y de ser posible, se empieza a invertir.

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Cómo recuperar el dinero depositado en otra cuenta por error

Ahorro

Este es el momento en el que la persona se compromete a ahorrar. No es necesario que gane más dinero de lo acostumbrado, pero sí que lo sepa gestionar de una mejor manera para empezar a trabajar en metas a futuro.

Estabilidad

Al llegar a este punto, la persona se libera del estrés por dinero. Claro siempre pensando en él, pero de manera distinta, pues deja de ser una preocupación.

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Tanto así que la posibilidad de perder el empleo deja de ser aterradora porque se cuenta con ahorros de respaldo.

Flexibilidad

En esta etapa se pueden sumar al menos dos años de libertad financiera con el estilo de vida completamente cubierto por el patrimonio.

La persona que se encuentra aquí, ya puede plantearse la posibilidad de cambiar de empleo voluntaria o bien tomarse un año sabático.

Independencia financiera

En este punto ya no se requiere trabajar para cubrir un estilo de vida. Pues las rentas generadas por los ahorros y el resto de las fuentes de ingresos pasivos se encargarán de eso.

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Abundancia

Las personas que logran llegar a este punto ya no dependen del trabajo para poder vivir. Más allá de eso pueden vivir como deseen y sin preocupaciones de dinero ni por los movimientos de mercado.

(I)

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