La reina Isabel II podría no realizar este año el tradicional discurso real que marca el inicio de la nueva sesión parlamentaria presentando el programa legislativo del gobierno y que este fijó el jueves para el 10 de mayo.

Escrito por el ejecutivo y leído por la monarca en una ceremonia con gran pompa, este tradicional discurso es uno de los puntos fuertes del calendario político británico.

Pero la soberana, que cumplirá 96 años en abril, ha reducido considerablemente su agenda en los últimos meses por motivos de salud.

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La oficina del primer ministro anunció el jueves que el acto tendrá lugar el 10 de mayo, tras lo cual el Palacio de Buckingham se limitó a decir que la participación de la reina “se confirmará a su debido tiempo”.

Isabel II podría delegar en su hijo Carlos, príncipe de Gales y heredero al trono de 73 años.

En sus 70 años de reinado, la monarca sólo ha faltado dos veces a esta cita: en 1959 y 1963, cuando estaba embarazada de los príncipes Andrés y Eduardo respectivamente.

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Pero su frágil salud podría llevarla este año a eludir una ceremonia larga y pesada.

Isabel II ha sido vista con bastón en los últimos meses y ha dicho que tiene dificultades para desplazarse.

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En octubre pasó una noche hospitalizada para someterse a “pruebas” cuya naturaleza nunca se especificó. En noviembre, la casa real excusó su ausencia a una ceremonia aludiendo un dolor de espalda. Y en febrero contrajo el covid-19.

El 14 de marzo, las celebraciones del Día de la Mancomunidad Británica debían marcar su retorno a la vida pública pero a última hora canceló su presencia y delegó en Carlos.

Ahora, también es incierta su participación una misa prevista el próximo el martes en homenaje a su difunto esposo, el príncipe Felipe, fallecido en abril de 2021.

El palacio anunció el jueves que “miembros de la familia real” asistirán al homenaje en la Abadía de Westminster, sin especificar quiénes. (I)

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