El arameo, la lengua de Jesucristo, es una lengua que se originó entre los habitantes de algunas aldeas de la región de las Montañas de Calamún, en la Campiña de Damasco, Siria.

Durante su larga historia de tres mil años, el idioma arameo pasó por varias etapas de desarrollo. Ha servido como lengua de vida pública y administración de antiguos reinos e imperios, y también como lengua de culto divino y estudio religioso.

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Una de las variantes más destacadas del alfabeto arameo, que todavía se usa en los tiempos modernos, es el alfabeto siríaco.

En la cordillera del Calamún, a unos 50 kilómetros al noreste de la capital, Damasco, los habitantes de las aldeas de Maalula, Bajah y Yubbadín todavía hablan el idioma arameo.

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La mayoría de la población de Maalula, estimada en 5000 habitantes, es cristiana. Dos tercios de los cristianos son católicos y el otro tercio es griego ortodoxo. Pero los cristianos de la ciudad dicen constantemente: “Los musulmanes aquí también hablan arameo”. Los maalulanos son conscientes de que no son sus religiones sino su lengua materna lo que los hace únicos.

En Bajah y Yubbadín la mayoría de los habitantes son musulmanes.

En el verano de 2007, el idioma pasó por una especie de renacimiento en Maalula cuando la ciudad, con el apoyo del gobierno sirio, abrió el Instituto de Lengua Aramea. El programa enseña arameo escrito a estudiantes de todas las edades, en particular a niños, y está afiliado a la Universidad de Damasco.

Consecuencias de la guerra

Antes de la guerra de Siria, Maalula atraía a miles de visitantes al año, incluido el ex presidente estadounidense Jimmy Carter y el difunto líder venezolano Hugo Chávez, para visitar sus iglesias y monasterios y escuchar a sus habitantes hablar arameo.

Pero a partir de 2011, el devastador conflicto alejó en gran medida a los peregrinos del pueblo, cuyo nombre en arameo significa “entrada”, por el estrecho pasaje entre sus acantilados de piedra caliza.

Rebeldes y yihadistas vinculados a Al-Qaeda tomaron Maalula en otoño de 2013, obligando a la mayoría de sus habitantes cristianos a huir.

La entonces filial de Al-Qaeda en Siria secuestró a 13 monjas del convento de Saint Taqla. Fueron liberados en un intercambio de prisioneros con las autoridades de Damasco en marzo de 2014. Las fuerzas del régimen recuperaron Maalula al mes siguiente.

Pero años después, muchos de los habitantes de la ciudad, aún no han regresado, al igual que los visitantes de fuera de la ciudad. (I)