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Julian Assange terminará otro año detenido y con la incertidumbre de si será extraditado o no a Estados Unidos

El australiano lleva dos años detenido en Londres tras ser sacado de la Embajada de Ecuador, donde estuvo siete años con asilo.

Manifestantes contra la extradición de Assange en Londres. Foto: EFE

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El 2021 no cambió la situación del activista Julian Assange, quien permanece detenido en Londres desde 2019 y con la incertidumbre de si al final tendrá que enfrentar a la justicia estadounidense en su territorio o terminará evitando la extradición.

Sin embargo, hace diez días el Gobierno estadounidense obtuvo una ventaja al anular una corte de apelaciones inglesa la decisión previa de no entregarlo.

Washington quiere juzgar al fundador de la web de filtraciones WikiLeaks por la publicación a partir de 2010 de unos 700.000 documentos diplomáticos y militares secretos, relacionados principalmente con las guerras dirigidas por Estados Unidos en Afganistán e Irak.

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La Corte de apelaciones ordenó que el caso sea enviado al Ministerio del Interior, quien tiene la última palabra sobre toda extradición.

Esto, luego que en primera instancia la jueza Vanessa Baraitser bloqueó la extradición en enero, al considerar que Assange, de frágil salud mental, podía cometer suicidio si era entregado al sistema judicial de Estados Unidos.

De acuerdo con Carlos Poveda, abogado privado de Assange en Ecuador, esa primera negación fue avalada por médicos psiquiatras que dijeron que por la tensión que podría generar el encarcelamiento en condiciones severas existía el peligro de suicidio.

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Poveda menciona que tras la segunda decisión están pendientes dos recursos, uno ante una instancia superior en el que se indica que tras la primera decisión, cuando se negó la extradición, solo se tomó en cuenta el riesgo de suicidio y no que se están criminalizando asuntos de libertad de expresión. La otra apelación, que será presentada esta semana ante la Corte Suprema en Londres, es sobre la decisión del 10 de diciembre, por lo que aún no hay una “luz verde” para la extradición y todavía estará sujeta a revisión.

“Es como si estuviéramos en un empate. Una a favor (a principios de año) y otra en contra (10 de diciembre)... pero también hay otra vía, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que es un símil a lo que es el Sistema Interamericano de Derechos Humanos para Ecuador”, comenta Poveda, quien agrega que la apelación de Estados Unidos ha durado casi un año y podría durar lo mismo la apelación nueva en favor de Assange.

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Lo que la defensa quiere mientras tanto es que Assange salga de su detención, pues no tiene investigación o sanción pendiente, por lo que les parece un abuso excesivo su privación de libertad actual en la cárcel de mayor seguridad de Londres con medidas de aislamiento, cuando en 2020 ya había terminado la sanción impuesta de 50 semanas en detención por incumplir su libertad condicional por varios años al estar en la Embajada ecuatoriana en Londres.

Las autoridades británicas han dicho que se lo mantiene detenido por temor a que salga de Londres o se dé algo parecido al asunto con la embajada ecuatoriana. Incluso México le ha ofrecido asilo.

Poveda expresa que de los 18 cargos por los que lo pide 17 -que se basan en la ley de espionaje de ese país- atentan contra la libertad de expresión y en ese sentido son situaciones que afectan derechos fundamentales que tienen casi todos los Estados, y que en EE. UU. tienen que ver con la primera enmienda. Otro cargo por la ley de fraude y abuso informático, sobre todo por la difusión de registros militares y otros documentos confidenciales filtrados por el soldado Chelsea (entonces Edward) Manning, quien ya fue indultado.

El Gobierno estadounidense afirma que la divulgación de documentos sin editar puso en peligro la vida de sus informantes. Si es extraditado, podría ser condenado a un máximo de 175 años, aunque la sentencia exacta es difícil de calcular.

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Para Poveda sería una afectación para las personas que sacan a la luz los abusos de los Estados.

Amnistía Internacional ha puesto en duda las garantías de Washington y Reporteros Sin Fronteras “condenó” una decisión con “peligrosas implicaciones para el futuro (...) de la libertad de prensa en el mundo”.

Estado de salud

Assange sufrió un pequeño accidente cerebrovascular en la cárcel a finales de octubre, en plena batalla judicial contra su extradición de Reino Unido a Estados Unidos, declaró hace poco su pareja Stella Moris.

El diario Mail on Sunday informó que Assange, de 50 años, sufrió un “accidente isquémico transitorio”, durante el cual se detuvo de forma breve el flujo de sangre a una parte del cerebro.

Poveda confirmó que está bastante deteriorado, tiene el párpado derecho caído, problemas de concentración y de memoria, ha adelgazado bastante, una situación personal muy complicada. Con problemas que vienen incluso desde los últimos años en la embajada.

“Creo que este constante juego de ajedrez, batalla tras batalla, este estrés extremo, es lo que le causó este derrame cerebral a Julian el 27 de octubre”, dijo Stella Moris, añadiendo que temía que su pareja fuera víctima de un episodio cerebrovascular más grave.

Durante los siete años que vivió en una habitación de la embajada ecuatoriana Assange tuvo en secreto dos hijos con Morris, miembro de su equipo jurídico y próximamente su esposa.

Antecedentes de otros casos

Juan Pablo Albán, profesor del Colegio de Jurisprudencia de la Universidad San Francisco de Quito, comenta que hay antecedentes que pueden dar una idea de lo que puede pasar en este tipo de casos, especialmente cuando el país que solicita la extradición tiene pena de muerte por esos cargos.

El Estado al que se le pide que entregue a la persona que está sujeta al proceso de extradición pasiva tiene que obtener garantías de carácter diplomático en el sentido de que no se procederá a imponer la pena capital en el evento de que se encontrara culpable tras un debido proceso legal.

Además hay que recordar que quien pide la extradición no puede procesar al detenido por algo diferente del delito por el que lo solicitó, según el derecho internacional.

Otro factor para el criterio de los jueces (de este caso) es que Inglaterra ya ha sido señalada y condenada internacionalmente por la Corte Europea de Derechos Humanos en el marco de un caso que de hecho es referente sobre temas de extradición y su impacto cuando el país al que se extradita tiene la pena de muerte: Soering contra Reino Unido.

Jens Soering era un estudiante alemán de la Universidad de Virginia que con su novia canadiense decidieron matar a los padres de ella. Luego del asesinato huyeron a Inglaterra desde donde fueron extraditados a EE. UU. Pero en ese caso de asesinato doble la Corte Europea consideró que no habían sido suficientes las garantías diplomáticas que ofreció EE. UU. y que el mero hecho de que en ese país había pena de muerte por delito del que se lo acusaba era algo constitutivo de un trato cruel, inhumano y degradante y en consecuencia había una violación del artículo 3 del Convenio Europeo, la norma que protege la integridad personal. Y esto, considerando que al final no se le aplicó a Soering la pena capital sino cadena perpetua.

“Yo creo que hay una combinación de factores que los jueces sin duda tomarán en cuenta. El primero es que Reino Unido ya tiene como precedente una condena internacional por otorgar mal extradiciones en casos en que pudiera aplicarse la pena de muerte en EE. UU. Segundo, existe salvaguardas del derecho internacional de que no habrá juzgamiento por otros delitos y eso pudiera motivar que se niegue la extradición ante la suspicacia de que se pudiera procesar a Assange por otros delitos después. Tercero, habrá que ver el nivel de garantías ofrecido, porque el hecho de que la corte de primer nivel haya accedido a la posibilidad de la extradición no significa que las garantías sean suficientes”, comenta Albán, quien recuerda que también está el análisis por el “principio de no devolución”, que establece que no se debe entregar a la persona si se teme que va a ser sujeta de violaciones en sus derechos humanos.

El abogado también recuerda que si efectivamente Reino Unido se comprometió con Ecuador a no extraditar a Assange cuando este último le dio permiso de arrestarlo en la embajada, ese puede ser un factor importante en el futuro. Sin embargo, no se ha visto públicamente un documento de ese acuerdo.

Aunque el hecho de que Australia, país de nacimiento de Assange, está en contra de la extradición tendría al final más peso que Ecuador por su posición y relación con Reino Unido y EE. UU. Sin olvidar que las cortes de Reino Unido no son tan presionables como serían las de cualquier país latinoamericano ante este caso que tiene una gran carga política.

En tanto, Poveda afirma también que Assange sigue siendo ecuatoriano y nunca ha tenido asistencia consular. Así como que su caso fue impugnado ante la Corte Nacional de Justicia. (I)

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