En Perú el ausentismo injustificado de los miembros de mesa, que impidió la apertura a tiempo de varios recintos y que podría tener un efecto real en el cómputo final de sufragios, añadió caos y ansiedad a las elecciones generales de este domingo, ya embargadas por los efectos de la pandemia de COVID-19 y la enorme incertidumbre que pesa sobre su resultado.

A las 7:00 se empezaron a abrir oficialmente los centros de votación en todo el país. Sin embargo, a las 9:00 apenas el 70% de las mesas había logrado constituirse, mientras se hacía patente que la deserción de los miembros de las mesas, titulares y suplentes, sorteados hace semanas y quienes tuvieron tiempo para indicar que no acudirían a su puesto, se convertía en un grave problema para los comicios.

Finalmente, a las 14:00, dos horas pasado el límite legal para la constitución de las mesas, el Organismo Nacional de Procesos Electorales (ONPE) informó que el 99,96% había logrado ser habilitado para recibir los sufragios de 25 millones de peruanos, que han visto pasar cuatro presidentes desde 2018.

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Debido a los protocolos sanitarios establecidos por el organismo, las primeras horas de la mañana estaban reservadas para la votación de adultos mayores, personas con discapacidad y mujeres embarazadas, quienes están exentos de formar parte de las mesas, lo que dificultó hallar voluntarios entre los votantes para poder cubrir las vacantes.

Eso también dejó a miles de personas mayores expuestas durante horas en filas que se alargaban inexorablemente mientras se resolvía la situación, muchas de las cuales optaron por retirarse de la votación, según constató EFE.

Con hasta siete candidatos virtualmente empatados en las encuestas de entre los 18 postulados que compiten por dos plazas en el balotaje, unos centenares de votos pueden ser definitivos para determinar quién será el próximo presidente del país.

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Esta situación no se escapó a los candidatos en la reñida contienda, quienes instaron a las autoridades con vehemencia a que garantizaran el voto de los ciudadanos.

“No quisiera votar, porque no hay un candidato idóneo, pero más miedo me da que entren los radicales al Gobierno”, dice Johnny Samaniego, un limeño de 51 años, afuera del Estadio Nacional.

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La campaña estuvo marcada por la apatía y el hartazgo de los peruanos —28% de indecisos—, al término de un quinquenio marcado por las convulsiones, refiere AFP.

Sin partidos políticos fuertes y en una nación donde el candidato importa más que la ideología, ningún candidato superaba el 10% de intención de voto, lo que vaticina una definición en segunda vuelta, el 6 de junio. El voto en Perú es obligatorio y quienes no lo ejercen se exponen a multas.

Los siete candidatos con opciones de pasar a la segunda vuelta son el exlegislador Yonhy Lescano (centroderecha), la antropóloga Verónika Mendoza (izquierda), el economista Hernando de Soto (derecha), Keiko Fujimori (derecha populista, hija del expresidente Alberto Fujimori), el exfutbolista George Forsyth (centroderecha), el maestro y sindicalista Pedro Castillo (izquierda radical) y el empresario Rafael López Aliaga (ultraderecha).

En los comicios también será renovado el Congreso unicameral de 130 miembros, y los sondeos pronosticaban un nuevo Parlamento atomizado. La oficina electoral (ONPE) prometió divulgar los primeros resultados oficiales parciales antes de la medianoche.

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En tanto, varios de los candidatos presidenciales, entre ellos Hernando de Soto, Yonhy Lescano, Pedro Castillo y Verónika Mendoza, instaron a respetar los resultados cuando se conozcan.

“Cualquiera fuera el resultado, nosotros, mi partido, lo vamos a respetar. Y esperamos que sea el correcto para luego avanzar a la segunda vuelta”, declaró De Soto, un reconocido economista de 79 años, tras sufragar en una escuela del distrito limeño de Surcos.

El centroderechista Lescano se mostró cauto tras votar en Lima y dijo que esperaría los resultados con su equipo de campaña y familiares. “Vamos a esperar con ellos la decisión que ha tomado el pueblo peruano”, declaró el abogado y exlegislador de 62 años.

La candidata izquierdista Verónika Mendoza exhortó a tener paciencia para esperar los primeros resultados oficiales y resaltó el espíritu cívico de la ciudadanía que acudió a votar pese a la pandemia, que golpea duro a Perú, con récord de decesos y contagios.

Keiko Fujimori, hija del encarcelado expresidente Alberto Fujimori (1990-2000) y que busca la Presidencia por tercera vez, instó también “a respetar con mucha prudencia y serenidad los primeros resultados”.

No obstante, mientras unos peruanos votaban, decenas de otros hacían fila afuera de locales de venta o donación de oxígeno en Lima para conseguir una recarga para un familiar con COVID-19.

“Tenemos más prioridad ahorita para la salud que para las votaciones... porque más prioridad tiene mi paciente”, indicó Rubén Arias, de 22 años.

Perú acumula 54.669 muertos por COVID-19 y 1,6 millones de casos. Reflejo de la frágil situación sanitaria es que seis candidatos han contraído el coronavirus, tres de ellos en la última semana: George Forsyth, José Vega y Marco Arana.

El nuevo presidente debe asumir el 28 de julio, día en que Perú conmemora el bicentenario de su independencia, y tiene el reto de superar la emergencia sanitaria, la recesión económica y la crisis política en una nación de 33 millones de habitantes. (I)