Basada en una investigación de la Iglesia católica argentina sobre su actuación durante la última dictadura en el país, de 1976 a 1983, se ha publicado un mea culpa dedicado a la memoria de las víctimas.

Durante la dictadura argentina, miles de personas fueron llevadas a prisiones clandestinas, torturadas, asesinadas o desaparecidas. Cientos de bebés nacidos durante el cautiverio de sus madres fueron separados de ellas y entregados ilegalmente a otras familias.

“Queremos conocer la verdad histórica y pedir perdón a Dios, a la comunidad argentina y las víctimas de la violencia”, dicen los miembros de la Conferencia Episcopal (CEA) en la introducción del libro. “Somos conscientes de que en muchas decisiones, acciones y omisiones la CEA no estuvo a la altura de las circunstancias”, añaden.

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Actualmente se han publicado dos tomos de la investigación, de casi mil páginas cada uno. Un tercer tomo se encuentra en proceso de edición aún.

Titulada “La verdad los hará libres”, la investigación fue realizada por la Universidad Católica Argentina a lo largo de cinco años, a solicitud de la Conferencia Episcopal, que para ello puso a disposición sus archivos.

Los autores Carlos Galli, Juan Durán, Luis Liberti y Federico Tavelli usaron además archivos de la Compañía de Jesús, de la Nunciatura Apostólica y de la Santa Sede.

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Con este libro “hemos dado un inicio que puede traer frutos”, consideró Tavelli.

“Hay información de que en desapariciones de personas y apropiaciones de bebés hubo participación de capellanes y monjas. Pero no es una información institucional que se encuentre en los archivos. Pensamos que si la Iglesia dice que no hay que tener miedo al pasado, eso puede motivar a que se nos acerquen, incluso de manera anónima, aquellos que saben. El dolor no es solo del pasado, sino que persiste en el presente”, dijo a la AFP.

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Para Galli, este trabajo era una tarea pendiente. “Ya sufrí en los años 1970 por familiares, amigos y compañeros desaparecidos, no ahora haciendo el libro. Lo que sentí ahora fue responsabilidad. Si muchas veces había pensado que debía hacerse, ¿cómo iba a eludirlo ahora?”, señaló a la AFP.

Tenemos una finalidad académica, que es historiar la memoria. No dimos a leer los tomos antes a nadie. Somos investigadores, no hicimos un catecismo de esto”, aseguró.

“Hubo 24 sacerdotes asesinados, más de una docena de religiosas, dos obispos (Enrique Angelelli y Carlos Ponce de León), y cientos y cientos de católicos. Fue un catolicismo que tenía víctimas y victimarios”, dijo Mallimaci. (I)