El líder golpista de Guinea-Conakri, coronel Mamady Doumbouya, anunció este lunes que se creará un gobierno de unidad nacional para liderar la transición tras el golpe de Estado de este domingo contra el presidente Alpha Condé, en el poder desde 2010.

"Se abrirá una consulta global para describir las principales líneas de la transición. Se establecerá un gobierno de unidad nacional para liderar la transición", declaró Doumbouya durante una reunión de unos quince minutos celebrada con los miembros del Gobierno de Alpha Condé y los presidentes de las instituciones estatales.

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Doumbouya informó también de que no se autorizará ningún movimiento fuera de las fronteras de Guinea durante la transición y declaró a los presentes que “todos sus documentos de viaje y vehículos de empresa deben entregarse a la secretaría de sus antiguos departamentos”.

La reunión se celebró este lunes en el Palacio del Pueblo, edificio que alberga la Asamblea Nacional, situado en Kaloum, distrito comercial y administrativo de Conakri donde están la sede del palacio presidencial y numerosos ministerios.

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El líder golpista de Guinea-Conakri, coronel Mamady Doumbouya, anunció que se creará un gobierno de unidad nacional para liderar la transición tras el golpe de Estado del domingo.

El encuentro tuvo lugar después de que el Comité Nacional de la Agrupación y el Desarrollo (CNRD, por sus siglas en francés), que lidera el alzamiento militar de este domingo con Doumbouya a la cabeza, convocara ayer a los miembros del Gobierno del presidente.

Esta invitación, a la que asistió el primer ministro guineano, Ibrahima Kassory Fofana junto a su Ejecutivo, se cursó después de que los militares disolvieran la Constitución, invalidando las instituciones, y advirtieran de que cualquier ausencia sería considerada como "un acto de rebelión".

Doumbouya dijo que la transición "se abre bajo el signo de la esperanza y de una nueva Guinea reconciliada consigo misma, con todos los hijos del país", que "será posible con la colaboración y ayuda de todos".

Igualmente, aseguró que “no habrá espíritu de odio o venganza” ni una “caza de brujas”, pero “la justicia será la brújula que guiará a todo ciudadano guineano”.

El golpe de Estado se llevó a cabo por miembros del Grupo de Fuerzas Especiales del Ejército, liderado por el coronel, este domingo después de que a primera hora de la mañana se escucharan fuertes disparos en el centro de la capital y soldados del Ejército tomaran posiciones y, más tarde, el presidente Condé fuera detenido.

Al mando desde 2010

El pasado 18 de octubre, Guinea-Conakri celebró unos comicios presidenciales en los que Condé se presentó a un controvertido tercer mandato, no permitido en principio por la Constitución, tras celebrar un referéndum en marzo de 2020 para cambiar de Carta Magna, aprobado con un 91,5 % de votos a favor.

Este golpe de Estado tiene lugar tras meses de grave crisis económica y política en este país de África del oeste, de 12 millones de habitantes, gobernado desde 2010 por el presidente Condé, cada vez más aislado.

Durante décadas, esta nación pobre, pese a sus recursos minerales, como bauxita y minerales, “respetará todas sus obligaciones” y los “convenios mineros” y seguirá “promoviendo las inversiones extranjeras en el país”, ha sido dirigida desde su independencia en 1958 por regímenes autoritarios o dictatoriales.

Gran parte de la comunidad internacional condenó el golpe del domingo, pero el nuevo hombre fuerte del país fue recibido a su llegada al Palacio del Pueblo por cientos de guineanos que se aferraban a las puertas y gritaban “¡libertad, libertad!” o “¡viva el ejército!. (I)