El presidente de Chile, Gabriel Boric, aseguró este viernes que “la violencia no es el camino” y que esta solo perjudica a las comunidades mapuche, luego de que un hombre fuera herido de bala en el sur del país, donde existe un enquistado conflicto entre el Estado, grandes empresas forestales y radicales indígenas.

“La violencia no es el camino y se están perjudicando quienes insisten en realizar actos de violencia. No solo van a ser perseguidos con todo el rigor de la ley, sino que además les hacen un flaco favor a sus comunidades”, indicó el mandatario.

“(El atentado) es absolutamente inaceptable, se merece toda nuestra condena y espero que sea absolutamente transversal”, apuntó Boric, que con 36 años es el presidente más joven de la historia chilena.

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Un hombre se prende a lo bonzo frente al palacio de Gobierno en Chile

Un grupo de encapuchados obstaculizaron esta madrugada una carretera en la localidad de Ercilla, a 600 kilómetros al sur de Santiago, con una camioneta en llamas e iniciaron un tiroteo contra los vehículos que intentaban pasar hiriendo a una persona, según relataron medios locales.

La víctima se encuentra en estado grave, internado en el hospital de Temuco, tras recibir disparos en la zona cervical mientras, según medios locales.

“Acá lo que se requiere es un cambio profundo en la política que ha seguido adelante el Estado de Chile para abordar este conflicto. El diálogo es el camino, pero el diálogo no es el resultado, no basta con decir ‘vamos a dialogar’, tenemos que hablar de acciones concretas”, afirmó Boric.

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En el lugar del ataque, que fue reivindicado por el grupo “Resistencia Mapuche Malleco”, fue encontrado un lienzo con alusiones al Gobierno y amenazas al Poder Judicial y la policía, según informaron medios locales.

“Presidente y ministros sin lucha no hay territorio. Policías y Poder Judicial, los tenemos en la mira. ¡Caerán!”, se lee en el cartel.

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Este episodio tiene lugar después de dos días de ataques incendiarios contra una casa patronal, varios camiones y vehículos de carga, una bodega y una cabaña en dos municipios distintos de la región del Bío Bío, también en el sur.

En esta y otras regiones del sur de Chile existe hace décadas un conflicto territorial entre comunidades de la etnia mapuche -la mayoritaria en el país-, el Estado y empresas agrícolas y forestales que explotan tierras consideradas “ancestrales” por los indígenas.

En el último año, esta disputa ha experimentado una escalada de violencia con frecuentes ataques incendiarios a maquinaria y predios, tiroteos con víctimas mortales y huelgas de hambre de presos indígenas. (I)