Estrategias de alojamiento y procesos de interculturización serán claves para la estadía de afganos en Ecuador

La Secretaría de Derechos Humanos de Ecuador está trabajando actualmente en mesas interinstitucionales para coordinar los lineamientos para la acogida que dará el país a alrededor de 5.000 ciudadanos afganos.

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Ecuador es por tradición un país que acoge a refugiados y podría responder a una eventual llegada de afganos

Una fuente de la oficina gubernamental indicó que está previsto que en los próximos días se conozcan más detalles sobre el tema, al que consideran altamente sensible. Se ha revelado también que han mantenido conversaciones con diferentes autoridades locales para definir temas sobre alojamiento y otros puntos.

Se prevé que Ecuador reciba a los ciudadanos afganos que busquen salir de su país y que tengan como destino final EE. UU., país que brindará toda la ayuda financiera para su estadía que se efectuará bajo la figura de un “refugio temporal”.

La acogida que Ecuador dará tendrá especial foco en aquellas personas que ven su seguridad amenazada, en especial mujeres y niñas, después de que milicias talibanas se hicieran con el control de Afganistán, ha dicho el Gobierno; sin embargo, aún no hay una fecha específica para el inicio de las llegadas.

Ronald Borges, coordinador de la casa de acogida temporal Un Techo para el Camino, dice que una de las mayores preocupaciones que el Estado ecuatoriano debe tener es el alojamiento y cómo va a integrar a los afganos a la sociedad ecuatoriana por las diferencias culturales.

“Esta población tiene necesidades de protección internacional que están reglamentadas y a las que Ecuador está adscrito”, dice y agrega que uno de los mayores retos que tendrán las autoridades con las estrategias que tomen será evitar que estas comunidades de afganos se conviertan en guetos.

“Existe la idea de llevarlos a zonas rurales y hacer pequeñas comunidades, pero esto no está bien, la población judía fue separada en el tiempo de los nazis y estos se convirtieron en guetos donde eran víctimas de más vulneraciones”, comenta Borges.

El activista agrega que la estrategia de alojamiento es clave. “No se puede solamente recibir y ya, estas personas tienen que recibir un acompañamiento integral para que su estancia no sea una situación más grave que la ya vivían y que tengan acceso a derechos, vivienda digna, alimentación, salud y todas las demandas que exige la pandemia de COVID-19″, manifiesta.

El diplomático Mauricio Gándara dice que la llegada de afganos a Ecuador es un tema complejo.

“No es un caso de gente afectada por grandes monzones, tormentas, o cosas así, es un caso de guerra y lo que nos piden en que vengan afganos que apoyaron a EE. UU., quien es el país llamado a conceder todas las condiciones de trabajo y subvención para estas personas”, dice.

Gándara considera también que, aunque EE. UU. pague subvenciones por recibir a los afganos, la situación “pone en riesgo a Ecuador con el actual Gobierno de Afganistán y hasta con fuerzas islamistas terroristas que se salen del control del talibán como en los atentados recientes en Kabul”.

Para el diplomático, la acogida de afganos en Latinoamérica supone un asunto político. Comenta que es notable que los países con gobiernos de derecha, como Chile, Colombia, Ecuador, han sido los que se han pronunciado para brindar el “refugio temporal” que, a su criterio, podrá demorar incluso años por los requisitos que EE. UU. impone para conceder un estatus de este tipo.

Por su parte, Borges dice que Ecuador debe garantizar a estas personas la integración a la localidad teniendo en cuenta las múltiples brechas culturales, idioma, entre otras, y lo califica como un reto grande en comparación con la atención brindada a venezolanos o colombianos, la que considera no ha sido completamente adecuada.

“Es un reto establecer mecanismos que vayan a la par de los de grandes países... hay que tener guantes de seda para manejar todo el tema cultural, sobre todo a la ideología de género, a la forma de concebir la masculinidad, al patriarcalismo que esta cultura ha vivido por milenios”, apunta.

Para Gándara, algo que se debe tomar en cuenta es que Ecuador en estos momentos es un país donde también hay violencia, crisis económica, desempleo y esto puede tener algún tipo de consecuencias ante la llegada de los afganos.

“Estamos sufriendo impactos de los carteles de la droga, Ecuador ya no es un país pacífico”, dice.

Borges comenta que otro punto a considerar es la forma para resolver disputas por la que suelen optar refugiados que han llegado de países en conflicto.

“Estas personas optan en algunos casos al resolver los conflictos por replicar la violencia a la que fueron expuestas. La población colombiana tiene décadas de vivir un tema de persecución de guerras internas, de grupos armados, un montón de cosas y cuando salen de su país la forma que tienen para resolver sus problemas replica un poco el sistema violento que vivieron”, dice el activista.

Funcionarios del gobierno del presidente Guillermo Lasso han dicho que fue el Gobierno de los Estados Unidos quien extendió una solicitud para recibir a los afganos que han sido forzados a abandonar su tierra, mientras se tramita su viaje a Norteamérica. (I)