Boeing presentó el pasado lunes, 22 de septiembre, el F-47, el primer caza furtivo de sexta generación diseñado para la Fuerza Aérea de Estados Unidos. La compañía lo define como un salto tecnológico que marcará la nueva era del poder aéreo estadounidense.
El anuncio se realizó durante la Conferencia Aérea, Espacial y Cibernética 2025. En ese marco, el jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea, general David Allvin, aseguró que el primer prototipo estará listo para despegar dentro de tres años.
El proyecto se desarrolla bajo la iniciativa de Dominio Aéreo de Próxima Generación (NGAD). Este programa integra cazas, drones, motores de nueva generación y sistemas de guerra electrónica conectados a un ecosistema digital común.
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La elección de Boeing como fabricante fue confirmada en marzo por el presidente Donald Trump. El mandatario destacó al F-47 como la piedra angular de la estrategia de defensa de Estados Unidos frente a potencias como China.
Los detalles técnicos del avión permanecen clasificados. La Fuerza Aérea solo ha difundido imágenes digitales preliminares, aunque se espera que supere Mach 2 y alcance más de 1.000 millas náuticas de radio de combate.
Entre sus innovaciones, el F-47 incorporará capacidades avanzadas de sigilo. Su diseño busca reducir la firma infrarroja y minimizar la detección por radar, lo que refuerza el concepto de “dominio espectral” en el campo de batalla moderno.
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Costo de producción por unidad
La Fuerza Aérea planea adquirir al menos 185 unidades, aunque la cifra dependerá del presupuesto y la evolución del programa. Cada aeronave costará más de 300 millones de dólares, lo que triplica el precio promedio de un F-35.
Para el Pentágono, este proyecto no debe entenderse como un avión aislado. Las autoridades remarcan que el objetivo es consolidar un entramado tecnológico capaz de integrar plataformas, sensores y armas en un sistema de combate interoperable. (I)