La Corte Suprema de Brasil impuso este viernes, 18 de julio, una serie de medidas cautelares contra Jair Bolsonaro.

El exmandatario es acusado de liderar, junto con antiguos ministros y militares de alto rango, un complot golpista para mantenerse en el poder tras su derrota en las elecciones de 2022.

Bolsonaro calificó las medidas en su contra como una “suprema humillación” y reiteró que jamás conspiró contra la democracia ni tenía pensado huir del país.

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El líder ultraderechista fue objeto de registros por parte de la Policía Federal, que allanó domicilios vinculados al exmandatario.

Uno de los registros tuvo lugar en su domicilio de Brasilia y el otro en la sede del Partido Liberal (PL), formación que lidera el capitán retirado del Ejército, según la emisora Globonews.

Las restricciones han sido impuestas en medio de la creciente crisis diplomática entre el país sudamericano y EE. UU.

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Jair Bolsonaro y su hijo Eduardo —quien está desde marzo en el país norteamericano— son acusados de trabajar con el Gobierno de EE. UU. para imponer sanciones a Brasil.

Según la Policía, ambos actuaron “dolosa y conscientemente de forma ilícita” con el objetivo de “intentar someter el funcionamiento del Supremo al juicio de otro Estado extranjero”, señaló el alto tribunal en una nota.

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La semana pasada, Donald Trump envió una carta a Lula en la que confirmaba un arancel adicional del 50 % a las importaciones de productos brasileños a partir del próximo 1 de agosto.

En la misiva, el mandatario estadounidense exigió que se detenga el juicio en contra de Bolsonaro, quien, según Trump, es víctima de una “cacería de brujas”.

Y en una reciente carta enviada el pasado 17 de julio a Bolsonaro, Trump le expresó su apoyo, asegurando que está enterado del “horrible trato” que está recibiendo.

Además, pidió al Gobierno de Brasil que “termine su ridículo régimen de censura” y afirmó que estará vigilando de cerca el caso.

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Las medidas cautelares dictadas este viernes imponen:

Las nuevas medidas contra el líder ultraderechista se basan en indicios de “coacción, obstrucción” de justicia y “atentado a la soberanía nacional” por maniobrar con el Gobierno de Estados Unidos para imponer sanciones al país y torpedear la causa por golpismo, según el alto tribunal.

1. Uso de tobillera electrónica

La Policía Federal colocó a Bolsonaro este viernes una tobillera electrónica para monitorearlo 24 horas al día, tras observar indicios de riesgo de fuga en diversas declaraciones públicas del exmandatario, de 70 años y quien gobernó el país entre 2019 y 2022.

2. Deberá permanecer en casa de forma parcial

Bolsonaro deberá permanecer en su domicilio de lunes a viernes durante las noches, en el período comprendido entre las 19:00 y las 06:00 hora local. Esa restricción será integral, englobando todo el día, durante los fines de semana y días festivos, de acuerdo con el Supremo.

La residencia de Bolsonaro en Brasilia fue este viernes objeto de búsquedas por parte de la Policía. Según medios locales, los agentes se llevaron un teléfono del exjefe de Estado y una memoria USB que estaba en el baño para su análisis pericial.

También encontraron 14.000 dólares y cerca de 8.000 reales (unos 1.450 dólares) en efectivo y una copia impresa de una petición judicial de la plataforma Rumble contra el relator de la causa por golpismo, el magistrado Alexandre de Moraes.

3. Prohibido usar las redes sociales

El expresidente tampoco podrá hacer uso de sus redes sociales, “directamente o por intermedio de terceros”. La Justicia considera que las publicaciones de Bolsonaro evidencian un intento por entorpecer la acción por el intento de golpe.

Según la investigación, Bolsonaro hizo reiterados pedidos públicos a un jefe de Estado “de una nación extranjera”, en alusión al presidente de EE.UU., Donald Trump, para que establezca medidas “que interfieran ilícitamente en el curso normal del proceso judicial”, lo que representa un “flagrante atentado a la soberanía nacional”.

4. Cero contacto con diplomáticos y otros acusados

Además, Bolsonaro no podrá mantener ningún contacto con embajadores o representantes de países extranjeros, “inclusive por intermedio de terceros”.

Tampoco podrá establecer ningún tipo de contacto con los otros acusados en la causa por golpismo, incluido su hijo y diputado Eduardo Bolsonaro, quien desde marzo se encuentra en EE.UU. y ha mantenido diversas reuniones con representantes de la Casa Blanca para demandar sanciones contra su país.

Según la Fiscalía, Eduardo ha hecho diversas “declaraciones públicas” y compartido “mensajes en redes sociales” en los que reconoció que actúa para que el Gobierno de Trump “imponga sanciones” a diversos agentes públicos de Brasil.

5. Prohibido acercarse a embajadas

Bolsonaro deberá mantenerse a una distancia mínima de 200 metros de embajadas y consulados después de que las autoridades brasileñas apreciaran riesgo de fuga del país.

El expresidente ya se alojó dos días en la Embajada de Hungría en Brasilia en febrero de 2024, según divulgó entonces el periódico The New York Times. Días antes, la Justicia había ordenado la aprehensión de su pasaporte, medida aún vigente a día de hoy.

En aquella época, el exmandatario negó que pretendiera huir de la Justicia y la Corte Suprema aclaró que la permanencia de Bolsonaro en la embajada “no configuraba un desacato de las medidas cautelares” impuestas en ese momento.

No obstante, el Supremo advirtió que cualquier violación de las medidas impuestas este viernes derivará en la prisión del exmandatario, cuyo proceso por golpismo está en su fase final. (I)