Al menos 44 personas murieron en la madrugada de este viernes en una estampida producida durante una peregrinación judía ortodoxa en el norte de Israel, en el mayor evento multitudinario desde el inicio de la pandemia de covid en el país.

“Contabilizamos 38 muertos en el lugar pero hay otros en el hospital”, declaró a la AFP un portavoz de la Magen David Adom - equivalente israelí de la Cruz Roja.

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Las autoridades habían confirmado primero la muerte de 30 personas tras una aparente estampida humana esta madrugada, cuando decenas de miles de judíos celebraban la festividad de Lag Baomer en el norte de Israel, en un evento que fue el más concurrido en el país desde el inicio de la pandemia de COVID-19.

Más de cuarenta asistentes murieron aplastados y más de cien resultaron heridos. Decenas están en situación crítica, según los servicios de emergencia, que evacuan a los afectados para recibir atención médica y han instalado un hospital de campaña tras uno de los incidentes más trágicos de la historia reciente de Israel.

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Se desconoce aún la causa exacta que causó el accidente. Podría haber sido por un escenario que se derrumbó, a lo que se habría añadido la aglomeración de gente en el área, concretó a Efe un portavoz del servicio de emergencias israelí United Hatzalah.

"Nuestros voluntarios en la zona explican que hubo un colapso debido al hacinamiento y las personas se cayeron unas encima de otras", lo que provocó que muchos "huyeran del lugar" y se encontraran en una situación de mayor saturación, agregó.

La festividad de Lag Baomer, en la que participaron decenas de miles de judíos ultraortodoxos que marcaban la celebración con cánticos y bailes en el Monte Merón de Galilea, se hizo sin grandes restricciones después de que Israel haya vuelto a una normalidad casi completa tras una veloz vacunación contra el coronavirus.

El Ejército israelí se desplazó para ayudar en la evacuación de heridos y proporcionar “tratamiento médico” sobre el terreno.

Según medios locales, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, calificó el incidente como “un terrible desastre”.

Los socorristas anunciaron inicialmente que se había producido un hundimiento de un graderío para explicar los heridos, antes de hablar de una “estampida” gigantesca.

Las autoridades habían permitido la presencia de 10.000 personas en el recinto de la tumba, pero, según los organizadores, en todo el país se fletaron más de 650 autobuses, lo que supone al menos 30.000 personas. La prensa local estimó la afluencia en 100.000 personas, refiere AFP.

La prensa israelí mostró la imagen impactante de una decena de cuerpos inertes alineados en bolsas de plástico rodeados de socorristas sobre una pista de asfalto.

Según la policía, que destacó a 5.000 agentes para garantizar la seguridad del evento, se produjeron atascos gigantescos en las carreteras que conducen al norte del país.

La Magen David Adom, la cruz roja local, había informado con anterioridad de que numerosas personas habían sufrido desmayos debido al calor y otras, quemaduras por las fogatas que se encienden ritualmente.

En 2019, un año antes de la pandemia que llevó a la cancelación de la peregrinación en 2020, los organizadores estimaron en 250.000 las personas que acudieron al lugar.

Desde diciembre, más de cinco millones de israelíes (53% de la población) han sido vacunados con las dos dosis reglamentarias de la vacuna, en torno al 80% de la población de más de 20 años, según datos oficiales del país, que registró 838.000 personas contagiadas por el coronavirus y 6.300 fallecidos de COVID-19. (I)